El día de la QDD del foro en Arija hubo un invitado muy especial que nos acompañó durante los 44 km de ruta. Cuando estábamos en Arija preparándonos para salir y descargando todavía las bicis de los coches, apareció por allí un simpático mastín que una vez que comenzamos a rodar se vino detrás nuestro. Pensé que nos seguiría un rato y luego daría la vuelta, pero no, completó la ruta con nosotros.
Es curioso que un animal que no nos conocía de nada sea capaz de acompañarnos durante tantos kilómetros, y todo ¿para qué?. ¿Por comida?, no creo que compense hacer tantos kilómetros a cambio de unas galletas y restos de bocadillos, yo por lo menos no lo haría. ¿Cariño?, no se si unas caricias de vez en cuando compensan tantas horas de esfuerzo, que fueron 6,5 horas pedaleando. ¿Compañía?....
Ya en la recon anterior hubo dos perros, uno también un mastín, que hicieron la ruta entera con nosotros. Y otros foreros dicen que en alguna ruta le ha seguido todo el tiempo hasta una cabra.
La verdad es que los alrededores de Arija están llenos de perros encantadores. En todos los pueblos por los que he pasado han salido varios perros, algunos bastante grandes, pero todos muy cariñosos (ganas me han dado de llevar alguno para casa, pero no se que opinarían mis gatas y como ya van para mayores no quiero que se estresen).
Este es el mastín en cuestión, un mastín anónimo del que no sabíamos ni su nombre, y que sin pretenderlo se convirtió en el mejor protagonista que la ruta podía tener.
La continuación del post es una crónica de la QDD a través de los ojos de esta preciosidad.
CRÓNICA QDD MARZO POR UN MASTÍN.
Arija, 07 de marzo de 2010, 08:00 a.m, una mañana de domingo más, con el mismo frío que el resto de la semana, y las calles todavía desiertas.
08:45 a.m. ¿Pero qué pasa?, ¿qué hacen tantos coches y tanta gente en mi pueblo?, y todos traen cosas con dos ruedas. Tendré que investigar.
Parecen majos, algunos me llaman y cuando me acerco me acarician. Ahora van todos a hacerse una foto junto al ayuntamiento. Luego se empiezan a mover subidos en esas cosas de dos ruedas, parece que cogen carretera a Bimon. ¿Tengo algo que hacer esta mañana de domingo?, que yo recuerde no, así que.... me voy con ellos.
Ese día fui el centro de todas las miradas, recibí un montón de atenciones y me hicieron muchas fotos que voy a comentaros un poquito.
Aquí estoy en un tramo de carretera en los primeros kilómetros de ruta. Muchos se habían escapado e iban por delante, yo estaba en tierra de nadie, esperando a que llegaran los rezagados. Quería ejercer de buen anfitrión y que nadie se perdiera.
Enseguida fueron llegando los retrasados. Algunos habían pinchado, otros no podían con la cuesta y otros habían perdido tiempo haciendo fotos.
A ratos me salía al verde, que estaba más blandito y las almohadillas de mis patas lo agradecían. No se porque pero ya intuía que podía ser una larga caminata y contra menos pisará el asfalto mejor. Aunque me veáis con la lengua fuera aquí todavía estaba fresco.
Como veis en la siguiente foto el gran protagonista era yo, se molestaban en sacar mi perfil bueno sin importarles que "decapitaban" al humano.
Este foto fue tras salir de la primera zona de bosque, en el primer reagrupamiento. Se pararon a mirar el paisaje con los culos apoyados en el sillín. Yo aposente mi culo en el suelo y a mirar el paisaje también.
Cuando intuí que se iban a empezar a mover de nuevo me puse en posición de salida, que venía una cuesta abajo y no quería que se me escaparan.
En esta tampoco se me ve muy bien, pero es una de mis preferidas. Soy un pequeño punto blanco casi en el medio de la foto. Después del reagrupamiento se lanzaron todos como locos campo a través y cuesta abajo, me costaba seguirlos. En la foto parezco un perro pastor de bikers.
Esta es una de las cosas que más me gustó de la ruta en sí, corretear por el bosque siguiendo las líneas blancas y amarillas. Me encanta correr esquivando los árboles.
En esta casi no se me ve, estoy camuflado entre las ramas. En algunas zonas era fácil seguir a los humanos, había tanto barro que la mayoría iban caminando.
En el Monte Hijedo tuvimos que pasar varias veces un río, y entre río y río, galletas. Una chica muy maja que era la que iba en cabeza de la ruta me iba dando galletitas, debía de fiarse mucho de mi pues me acercaba la mano hasta los dientes.
Como les gustaba a todos hacerme carantoñas. Cada vez que parábamos varias manos se peleaban por acariciarme. Y yo, como mejor amigo del hombre, me dejaba querer.
Aquí volví a pasar dificultades. Tras salir del Monte todos iban muy rápidos, tocaba ir cuesta abajo y el único que parecía hacer esfuerzos era yo, el resto iba como si nada, no movían ni las piernas, y yo venga a correr.
Menos mal que una chica de gafas también muy maja y que iba cerrando el grupo me esperó, se la notaba que a ella tampoco le gustan las bajadas. Llegue a la carretera muerto de cansancio y de sed. Menos mal que cruzando la carretera había un pequeño arroyo y me pude refrescar.
En una campa al resguardo del aire decidieron parar a comer algo. Yo decidí darme una vuelta entre ellos a ver si había alguien dispuesto a darme algo de picar.
Que buena pinta tenía el bocata de estas chicas, se me caía la baba. Me esforcé en poner mi cara más simpática a ver si me daban algo.
Aquí estoy en plan perro guardían custodiando las cosas esas con ruedas que traían estas gentes, las había de todos los colores.
Ser un perro tan majo como yo también tiene sus pegas, no me dejaban ni rascarme en paz, venían a ofrecerme sus restos de comida.
Aquí estaba viniendo del baño. Soy muy vergonzoso cuando hay tanta gente y me había retirado tras unos matojos para hacer mis cosas.
La chica que dirigía la ruta se puso en marcha y todos se pusieron a seguirla en línea recta. Yo estuve espabilado y pude coger el cuarto lugar.
Y ya no me hiceron más fotos. En el último tramo por carretera hacía tanto frío que ya no se ocuparon ni de sacar la cámara. Cuando llegamos a Arija se metiron corriendo en sus coches y se fueron por donde habían venido. La mayoría ni me dijeron adios.
Espero que vuelvan en otra ocasión, en verano y con menos frío para que no se vayan tan rápido y sin despedirse.
Acabe la ruta muy cansado, como todos ellos, pero mereció la pena, me lo pasé bien. Menos mal que por la tarde me habían dado libre y no tenía que cuidar al ganado. Me pasé toda la tarde dormitando.
Muchas gracias a los fotógrafos que se ocuparon de mi durante toda la ruta. Nunca me habían hecho tantas fotos, me sentí como un top-model.
Hasta otra amigos. Siempre os recordaré.
Es curioso que un animal que no nos conocía de nada sea capaz de acompañarnos durante tantos kilómetros, y todo ¿para qué?. ¿Por comida?, no creo que compense hacer tantos kilómetros a cambio de unas galletas y restos de bocadillos, yo por lo menos no lo haría. ¿Cariño?, no se si unas caricias de vez en cuando compensan tantas horas de esfuerzo, que fueron 6,5 horas pedaleando. ¿Compañía?....
Ya en la recon anterior hubo dos perros, uno también un mastín, que hicieron la ruta entera con nosotros. Y otros foreros dicen que en alguna ruta le ha seguido todo el tiempo hasta una cabra.
La verdad es que los alrededores de Arija están llenos de perros encantadores. En todos los pueblos por los que he pasado han salido varios perros, algunos bastante grandes, pero todos muy cariñosos (ganas me han dado de llevar alguno para casa, pero no se que opinarían mis gatas y como ya van para mayores no quiero que se estresen).
Este es el mastín en cuestión, un mastín anónimo del que no sabíamos ni su nombre, y que sin pretenderlo se convirtió en el mejor protagonista que la ruta podía tener.
La continuación del post es una crónica de la QDD a través de los ojos de esta preciosidad.
CRÓNICA QDD MARZO POR UN MASTÍN.
Arija, 07 de marzo de 2010, 08:00 a.m, una mañana de domingo más, con el mismo frío que el resto de la semana, y las calles todavía desiertas.
08:45 a.m. ¿Pero qué pasa?, ¿qué hacen tantos coches y tanta gente en mi pueblo?, y todos traen cosas con dos ruedas. Tendré que investigar.
Parecen majos, algunos me llaman y cuando me acerco me acarician. Ahora van todos a hacerse una foto junto al ayuntamiento. Luego se empiezan a mover subidos en esas cosas de dos ruedas, parece que cogen carretera a Bimon. ¿Tengo algo que hacer esta mañana de domingo?, que yo recuerde no, así que.... me voy con ellos.
Ese día fui el centro de todas las miradas, recibí un montón de atenciones y me hicieron muchas fotos que voy a comentaros un poquito.
Aquí estoy en un tramo de carretera en los primeros kilómetros de ruta. Muchos se habían escapado e iban por delante, yo estaba en tierra de nadie, esperando a que llegaran los rezagados. Quería ejercer de buen anfitrión y que nadie se perdiera.
Enseguida fueron llegando los retrasados. Algunos habían pinchado, otros no podían con la cuesta y otros habían perdido tiempo haciendo fotos.
A ratos me salía al verde, que estaba más blandito y las almohadillas de mis patas lo agradecían. No se porque pero ya intuía que podía ser una larga caminata y contra menos pisará el asfalto mejor. Aunque me veáis con la lengua fuera aquí todavía estaba fresco.
Como veis en la siguiente foto el gran protagonista era yo, se molestaban en sacar mi perfil bueno sin importarles que "decapitaban" al humano.
Este foto fue tras salir de la primera zona de bosque, en el primer reagrupamiento. Se pararon a mirar el paisaje con los culos apoyados en el sillín. Yo aposente mi culo en el suelo y a mirar el paisaje también.
Cuando intuí que se iban a empezar a mover de nuevo me puse en posición de salida, que venía una cuesta abajo y no quería que se me escaparan.
En esta tampoco se me ve muy bien, pero es una de mis preferidas. Soy un pequeño punto blanco casi en el medio de la foto. Después del reagrupamiento se lanzaron todos como locos campo a través y cuesta abajo, me costaba seguirlos. En la foto parezco un perro pastor de bikers.
Esta es una de las cosas que más me gustó de la ruta en sí, corretear por el bosque siguiendo las líneas blancas y amarillas. Me encanta correr esquivando los árboles.
En esta casi no se me ve, estoy camuflado entre las ramas. En algunas zonas era fácil seguir a los humanos, había tanto barro que la mayoría iban caminando.
En el Monte Hijedo tuvimos que pasar varias veces un río, y entre río y río, galletas. Una chica muy maja que era la que iba en cabeza de la ruta me iba dando galletitas, debía de fiarse mucho de mi pues me acercaba la mano hasta los dientes.
Como les gustaba a todos hacerme carantoñas. Cada vez que parábamos varias manos se peleaban por acariciarme. Y yo, como mejor amigo del hombre, me dejaba querer.
Aquí volví a pasar dificultades. Tras salir del Monte todos iban muy rápidos, tocaba ir cuesta abajo y el único que parecía hacer esfuerzos era yo, el resto iba como si nada, no movían ni las piernas, y yo venga a correr.
Menos mal que una chica de gafas también muy maja y que iba cerrando el grupo me esperó, se la notaba que a ella tampoco le gustan las bajadas. Llegue a la carretera muerto de cansancio y de sed. Menos mal que cruzando la carretera había un pequeño arroyo y me pude refrescar.
En una campa al resguardo del aire decidieron parar a comer algo. Yo decidí darme una vuelta entre ellos a ver si había alguien dispuesto a darme algo de picar.
Que buena pinta tenía el bocata de estas chicas, se me caía la baba. Me esforcé en poner mi cara más simpática a ver si me daban algo.
Aquí estoy en plan perro guardían custodiando las cosas esas con ruedas que traían estas gentes, las había de todos los colores.
Ser un perro tan majo como yo también tiene sus pegas, no me dejaban ni rascarme en paz, venían a ofrecerme sus restos de comida.
Aquí estaba viniendo del baño. Soy muy vergonzoso cuando hay tanta gente y me había retirado tras unos matojos para hacer mis cosas.
La chica que dirigía la ruta se puso en marcha y todos se pusieron a seguirla en línea recta. Yo estuve espabilado y pude coger el cuarto lugar.
Y ya no me hiceron más fotos. En el último tramo por carretera hacía tanto frío que ya no se ocuparon ni de sacar la cámara. Cuando llegamos a Arija se metiron corriendo en sus coches y se fueron por donde habían venido. La mayoría ni me dijeron adios.
Espero que vuelvan en otra ocasión, en verano y con menos frío para que no se vayan tan rápido y sin despedirse.
Acabe la ruta muy cansado, como todos ellos, pero mereció la pena, me lo pasé bien. Menos mal que por la tarde me habían dado libre y no tenía que cuidar al ganado. Me pasé toda la tarde dormitando.
Muchas gracias a los fotógrafos que se ocuparon de mi durante toda la ruta. Nunca me habían hecho tantas fotos, me sentí como un top-model.
Hasta otra amigos. Siempre os recordaré.
Muy buena cronica. No hubieras podido elegir mejor protagonista, jajaja.
ResponderEliminarEstos perros necesitan la compania del hombre y cuando les dejan solos, sin cariño, y sin atencion, se van con los primeros que le dan un poco de cariño. Pero ya veo que de esa vez, ha tenido suerte y ha estado muy bien acompañado. No siempre es asi.
Muy bueno Merchitas, me ha gustado mucho (ja ja).
ResponderEliminarAunque creo que el protagonista no cuenta que se entretuvo bastante entre unos matorrales y que la chica de gafas, según tengo entendido, estuvo buscándole un buen rato para que no se despistara.
Ese perro acompaña normalmente a los raros viandantes que pasan por la zona de Arija. Y no te preocupes, Noe, que su ama le da todo el cariño que un perro necesita (¿nos ves lo bien cuidado que está?) Pero le pasa lo que a muchos de los raros habitantes de la zona: los días son largos y los acontecimentos, escasos por lo que buscan, cuando se cuadra, otras compañías.
ResponderEliminarDoy fe de que al perro se le ve bien cuidado y feliz.
ResponderEliminarEspero volver a encontrarle cuando vuelva con buen tiempo a repetir la ruta.