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viernes, 17 de agosto de 2012

FLACA: QUEBRANTAHUESOS. A la tercera va la vencida (23-06-12).





TRACK GPS: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3159420.

INFORMACIÓN BÁSICA:

- Longitud: 200 km.
- Desnivel acumulado de subida: 3376 metros.
- Dificultad: Alta, tanto por la distancia como el porcentaje de subida de alguno de los puertos.


La Quebrantahuesos tiene algo diferente al resto de Marchas que había hecho hasta ahora: mucha, muchísima gente y derivado de ello, la necesidad de participar en un sorteo previo para asignar las 9000 plazas existentes. Se apuntan cerca de 20000 ciclistas cada año, así que la posibilidad de ser "agraciado" en el sorteo es de un 50%. Fácil, pero en los dos años anteriores 2010 y 2011 no había tenido suerte. En el 2012, a la tercera, iba a ir la vencida.

Esta aventura de la QH tiene tres capítulos diferentes: cuando te apuntas al sorteo, el día del sorteo y el día de la Marcha. Pasan meses entre ellos.

Al sorteo, allá por diciembre, nos apuntamos un buen grupo de Pupas, todos el mismo día para tener números cercanos y correr la misma suerte. Con nosotros se apuntaron también Gloria y PedroT. Este año ya al apuntarse había que pagar 4 euros, que no se recuperaban pero que te garantizaban la participación al tercer año si durante dos consecutivos no eras elegido.

El día del sorteo es el día de más nervios, "¿podré ir?". Por segundo año consecutivo me conecté a internet a la hora del sorteo para seguirlo en directo. Que ilusión cuando vi el número y vi que este año por fin tenía plaza. Preparar esta marcha podría ser la motivación que necesitaba este año para andar en bici.

Pero no fue suficiente. En invierno entre el mal tiempo y la pereza que tengo conmigo salí muy poco, batiendo mi record negativo de kilómetros. Creo que en abril por ejemplo no salí ni un sólo día.

Como no estaba para muchas alegrías mi objetivo era poco ambicioso, solamente terminar. Era la primera vez que iba a una Marcha de carretera sin conocer el terreno, la primera vez que salía con la flaca de Cantabria. Al igual que en el Soplao de carretera, no quería presionarme con tiempos, solo quería conseguir llegar a meta y ya poder tener un tiempo de referencia para los próximos años. Sólo tenía que terminar, y eso si no pasaba nada raro sabía que lo podía hacer sin problemas.

Así como he dicho que el Soplao de carretera está hecho a mi medida, la Quebrantahuesos es todo lo contrario. Pocos puertos y demasiado duros para mi, todo lo que pasa de un 8% de pendiente me mata, y en la QH hay varios km por encima del 10 %.


Y por fin llego al día. Varias horas de coche hasta Jaca donde teníamos el  hotel, y luego a Sabiñanigo a por los dorsales. Me impresionó y me gustó todo el ambientillo que había montado en torno a la QH, es algo digno de vivir por lo menos una vez, y eso que a mi las aglomeraciones de gente no me gusta.

Por allí estuvimos todos los Pupas dando una vuelta, era el tiempo que iba a estar con ellos ya que durante la carrera no les iba a ver, son todos más rápidos que yo.



Y una vez recogidos los dorsales me  hice una foto con Gloria, con la que me había compartido entrenos y compartiría viaje y hotel, tampoco coindiciría mucho con ella durante la ruta.



Por la mañana tocó madrugar para llegar con tiempo y poder aparcar el coche sin problemas. Menuda aglomeración de coches y de gente, menos mal que había bastante aparcamiento y en seguida estábamos preparando las bicis para empezar a rodar. En la salida nos colocamos en nuestro "cajón", el último, el de los lentos y los que no tenía marca acreditada para ocupar cajones previos.

 

Allí en la salida Gloria, PedroT y yo coincidimos con Jose María, una vez más para quitarse el sombrero ante él. Después del Soplao, se iba a hacer la QH y al día siguiente tenía otra cicloturista en Astillero. Casi nada.



Se dio la salida y yo intenté mantenerme con PedroT y Gloria pero me era complicado. Se rodaba muy rápido y me costaba mantener los grupos, poco a poco me iba pasando gente a la que no podía coger rueda. Lo bueno es que con tanta gente llega un momento en el que consigues meterte en un grupo en el que puedes rodar con cierta comodidad.

Lo pasé bien esos primeros kilómetros rodando en grupos grandes, en otras carreras ya desde el kilómetro inicial me quedaba practicamente sola o con grupos diminutos. Por fin comprobé como se "volaba" metida en un grupo. Y así toda contenta y volando fui hasta que vi un par de caídas "feas", recuperé mi miedo habitual y bajé a la tierra, me aparté un poco de los grupos grandes y preferí rodar con menos gente, más lenta pero más segura. En ese momento perdí ya de vista a PedroT y Gloria y fui a mi bola.

Y llegó el primer puerto: Somport. Lo subí muy tranquila. Era el puerto que por porcentajes mejor me iba, pero como era el primero era el que me tocaba como calentamiento. En este tocaba sufrir por ser el primero. Parte de la subida la hice con PedroT, más bien "persiguiendo" a PedroT que iba muy fuerte a estas alturas.
Coronamos y empezamos a bajar. Decidí no poner el chubasquero porque parecía que hacía buena temperatura, pero en seguida llegamos a una zona de niebla con temperaturas bajísimas y tuve que parar a abrigarme, menudo frío de repente.


El resto de la bajada muy bien, con gente pero sin agobios y bastante rápida para lo que es habitual en mi. Creo que es en lo que más he mejorado este año con la bici nueva, en las bajadas, bajo más rápida y con más seguridad. Además era una gozada el tener siempre grupitos con los que rodar y no tener que ir sola como en el Soplao; es lo bueno de ser tantos.


Y llegó el segundo puerto: el temido Marie Blanque. Ya había calentado, pero esos 4 kilómetros a más del 10 % me mataron. Lo subí montada, pero a velocidad caracol; los que iban andando avanzaban más que yo. Tengo que trabajar más estas subidas para próximos años. De la bajada de él ni me acuerdo.


Y llegó el tercer puerto: el Portalet. Los primeros kilómetros de cine, la hora que mejor me encontré en toda la marcha, unos porcentajes cómodos que me permitieron ir poco a poco adelantando gente. Me recordaba al Soplao de montaña, cuando a partir de las rampas duras de Monte A empiezo a carburar y a adelantar. Pero la alegría duro poco, en seguida pasé de encontrarme bien a encontrarme muy cansada y con las piernas muy pesadas, y de nuevo recuperé la velocidad lenta. Todos los que había pasado en los kilómetros previos me fueron adelantando poco a poco. Era un suplicio lo lento que pasaban los kilómetros y el ir leyendo el porcentaje medio de cada kilómetro me desmoralizaba por las altas cifras. Se me hizo eterno. No se que fue lo que me pasó, supongo que pagué el esfuerzo del Marie Blanque y el no haber cogido la bici desde el Soplao, no se puede estar tres semanas sin coger la bici antes de estas marchas.


Ya en la bajada cometí un error y fue pensar que ya no quedaba más subida. Me olvidé del cuarto puerto, el más corto del día, pero que a mi también se me hizo eterno con su segundo kilómetro al 10 %: Hoz de Jaca. Nunca más me olvidaré de él.


El resto del trayecto a meta decidí tomármelo con cierta calma, me pasaban grupos y a ratos intentaba seguirlos, pero sin esforzarme demasiado. Me daba igual tardar un poco más que menos, pero ya no quería sufrir más, quería ir cómoda, así que parte de esos kilómetros los hice sola, marcando yo mi propio ritmo.


A meta llegué bien, recuperé bien en esos kilómetros y el cansancio fue desapareciendo. Terminé en 9 horas 30 minutos, medalla de plata en mi categoría y a solo 5 minutos del oro; si lo llego a saber me hubiera "exprimido" más en esos kilómetros finales. Pero bueno, así tengo objetivo y motivación para el próximo año.

Tras terminar me encontré con Gloria que había terminado bastante antes y juntas esperamos a PedroT, al que había adelantado subiendo el Marie Blanque. Ya juntos nos hicimos la foto de rigor.



Y como no, la foto que siempre me hago al terminar estos "saraos" con mi habitual compañero de fatigas.


Tengo que decir que la QH me encantó. Me gustó el ambiente, me gustaron los puertos(aunque algunas partes se me hicieron muy duras) y me gustó rodar en grupo. Pero lo que más me impresionó fue la gente que había animando durante todo el recorrido, era como estar corriendo el Tour o la Vuelta, un montón de gente animando desde el primero hasta el último; yo pasaba a horas de los primeros y la gente no paraba de animar. Y sobre todo los vascos, que eran los más numerosos; que forma de vivir el ciclismo.

Normalmente cuando acabo algunas pruebas pienso que son muy duras y que no volveré, y al año siguiente estoy allí de nuevo. Con la QH me pasó al reves. Antes de hacerla pensaba ir sólo un año para ver como era y se acabó. Nada más cruzar la meta sin embargo, ya estaba pensando en la QH del 2013. Ahora ya tengo un tiempo que mejorar y una medalla de "oro" que ganar.

viernes, 23 de julio de 2010

BTT: Etapa 2 TURBÓN TOUR: De Vilas del Turbón a Pont de Suert (18-07-10).




INFORMACIÓN BÁSICA:

- Longitud: 42 kilómetros.
- Desnivel acumulado de subida: 1300 metros.
- Dificultad: Moderada. Con poca dificultad técnica, pero con una larga y dura subida al collado del Cap del Montot.



Para esta etapa me las prometía muy felices. Sólo 40 kilómetros, 1000 y pico metros de desnivel... vamos, el tipo de rutas que estoy acostumbrada a hacer. Pero no era todo tan fácil, aún nos aguardaba una sorpresa en forma de cuestas interminables y duras pero con la mejor recompensa que podíamos tener, unas vistas impresionantes de los Pirineos.

Este día salimos más temprano que el anterior. Aunque la ruta era más corta muchos teníamos que hacer buenas kilometradas en coche para volver a casa, así que cuanto antes pudiéramos terminar mejor.

Una vez sacamos nuestras bicis del garaje nos hicimos la primera foto del día a las puertas del Balneario donde tan a gusto habíamos descansado.



Y que mejor manera que empezar el día que subiendo. Terminamos el día anterior subiendo y este lo empezábamos de igual manera. Cogimos carretera balneario arriba y a pedalear.



Poco a poco y con esfuerzo fuimos ganando altura sobre Vilas del Turbón.



Menudas rampas para empezar el día, menos mal que al volver la vista atrás el paisaje merecía la pena.



Había algunas zonas especialmente duras, y tras una parada para reagrupar en una de las curvas tocaba volver a esforzarse en serio de nuevo.



Menos mal que había también alguna zona más o menos llana que nos permitía tomar aire y echar la vista atrás.



Gema y Jose sufrían lo suyo para subir pero sin perder la sonrisa.



En una campa hicimos otro reagrupamiento. La verdad es que nos fuimos organizando bien con las paradas de forma que cada poco tiempo hacíamos una para juntar al grupo de nuevo.



Algunos compañeros de ruta a estas alturas ya veían chuletones donde yo veía un lindo ternerito.



Lo peor de la subida estaba por llegar y en esta zona me tocaría patear algún que otro tramo, demasiada pendiente para mi.





Por fin llegamos a la cima, últimos metros de esfuerzo que ya se podían hacer sin problemas encima de la bici.



Los paparazzis estaban preparados para hacer la fotos de cada biker coronando el collado de la Planatuzal.



Y yo estaba preparada para hacer la foto de grupo en la cima del collado.



Tras coronar esa primera subida de la etapa tocaba bajar, con bonitas vistas de las cumbres pirenaicas al fondo.



Una sucesión de curvas nos condujo al pueblo de la Ballabriga.



De nuevo en el asfalto, seguimos la carretera hasta el Monasterio de Obarra, una muestra de arquitectura románica a la orilla del río Isábena.



Como queríamos hacer foto de grupo hubo que improvisar un trípode.



Volvimos unos metros sobre nuestros pasos para volver a la carretera y seguir nuestro camino.



Hicimos una parada en un bar para "fichar" con el chip y de paso beber y comer algo los más hambrientos.



Dejamos la carretera principal para coger una secundaria y volver a cruzar el río.



La carretera estrechita y bastante llevadera, nos fue llevando hasta el bonito pueblo de Calvera.





Antes de llegar a Calvera cogimos una pista que salía a la izquierda, justo en la última curva de la carretera antes de llegar al pueblo. El calor a estas horas ya apretaba y los que tenían que esperar aprovechaban la sombra de uno de los escasos árboles del camino.



Aquí empecé a pasar muchísimo calor, apenas había sombra y no corría el aire, y la pista tiraba todo para arriba.



Sólo se veían pistas y más pistas que subían a cada cual con mayor pendiente, ¿cuál sería la nuestra?.



Algunos tramos eran de tal dureza que a algunos nos hacía bajarnos y empujar, tampoco era plan de reventarnos con todo lo que nos quedaba aún por delante. Y sobre todo, hay que evitar los sobreesfuerzos en las horas de tanto calor, por lo que puede pasar. Más vale prevenir que lamentar.



Parecía que nunca llegaba el final, en cada curva veíamos como la pista seguía más y más arriba.





Cuando paraba y daba la vuelta mirando por donde habíamos subido las vistas eran impresionantes.



Hubo un tramo de subida sin demasiada pendiente, en la que pude adelantarme un poco y hacer fotos desde arriba, y no desde abajo y de culo como en la mayor parte de la ruta.



Que maravilla de paisajes, no me canso de ver las fotos.



Era obligado hacer alguna parada simplemente para disfrutar tranquilamente de las vistas.



Y como bien dice Aramon Bike, en su web, la mejor recompensa al esfuerzo de la subida se encontrará cuando se llegue arriba.



Esta fue la parte que más me gustó de todo el Turbón Tour, el collado del Cap del Montot con vistas de los macizos del Aneto, Maladeta, Gallinero y Posets.

Como disfruté bajando por ahí con esas estupendas vistas al fondo, aunque a punto estuve de tener un disgusto. En una de las bajadas me dejé llevar por la emoción, fui un poco rápido y no vi un pequeño salto que había. Casi salgo volando por encima del manillar.



Simplemente impresionante.





Todavía nos quedaba un último esfuerzo, uff, cansa solo con verlo.



Mientras algunos estábamos haciendo ese último esfuerzo algunos nos esperaban ya en la cima.



Prueba superada. Y allí arriba, en lo más alto, paramos a tomar algo y disfrutar de ese maravilloso paisaje.



Mirando hacia atrás podíamos ver el camino por el que habíamos llegado hasta allí.



Las vistas hacia los lados espectaculares.



Y nosotros, únicamente con nuestro esfuerzo y nuestras bicis, habíamos conseguido llegar hasta allí.



Tras ese breve descanso ya solamente era bajar hasta Pont de Suert.







Algunos tramos de bajada eran un poquito más complicados, pero conseguimos hacerlos casi sin echar pie a tierra.



Pasamos junto a una ermita.



La bajada tambíen ofrecía bonitas vistas al pantano de Escales, así que hicimos una parada para más fotos.





Seguimos bajando por carretera, divisándose ya nuestro destino final, Pont de Suert.



Un tramo de carretera también tiene una alternativa por sendero, que a estas altura de la ruta sólo los más endureros se atrevieron a probar. Yo me crucé con ellos justo cuando salían de nuevo a la carretera.



Se notaba que habían disfrutado la bajada como niños.



Unas curvas más por carretera y llegamos a uno de los puentes de Pont de Suert que rápidamente cruzamos.



Fuimos directos al local de Aramon Bike, donde nos estaba esperando Pere para darnos la enhorabuena por completar la ruta. Último lugar para fichar y a entregar el chip.



Después de una ducha y la comida, nos juntamos todo el grupo de nuevo en el local de Aramon para recoger nuestro maillot verde de la Turbón Tour. Que suerte he tenido de poder pasar un fin de semana pedaleando con toda esta gente.



¿Y qué decir de este "globero"?. Que ha sido un guía excepcional y todos los blogeros hemos acabado encantados con él.



Terminada la ruta nos quedaban todavía 700 km y casi 7 horas de viaje para regresar a casa, pero eso era lo de menos. Habíamos pasado un inolvidable fin de semana en Pirineos con una gente estupenda con la que espero seguir en contacto y poder repetir algún día una ruta similar. Afortunadamente ahora con esto de internet mantener el contacto en la distancia puede ser bastante sencillo.

Y allí en Pont de Suert, cuando fuímos a coger el coche, nos vinieron a despedir los primeros que nos habían dado la bienvenida cuando llegamos, una simpática familia pontarrina.



Es curioso como pueden cambiar las cosas en dos días, el viernes me daba una pereza enorme el ir hasta Lleida, y el domingo me daba pena volver para casa.