jueves, 3 de octubre de 2013

SOPLAO MTB 2013: Mi primera retirada (18-05-13).

Cuanto tiempo sin aparecer por aquí, más de un año ya desde la última entrada. Este año entre que no he hecho muchas cosas y que ando escasa de "tiempo libre" he dejado de lado este blog que empecé con tanta ilusión hace ya algunos añitos. Pero en esto como todo, con el tiempo la ilusión y las ganas se van y lo que en principio se hacía por gusto se acaba viendo como una "obligación", y obligaciones ya tenemos bastantes en la vida.

De todas maneras, intentaré ir encontrando algún rato para ir contando algo sobre las rutas más interesantes que vaya haciendo y lugares que merezca la pena visitar. No prometo nada, pero como he dicho, lo intentaré.

Y no hay mejor ruta para volver al blog que el Soplao de montaña, que fue la prueba con la que me aficioné a esto del mountain bike. Podré estar en mejor o peor forma, con más o menos ganas, pero el Soplao siempre ha sido y será algo "especial" para mi. Me ha dado muy buenos momentos y muy buen@s amig@s.

Al Soplao Mtb 2013 llegué bastante mal. Entre el largo y frío invierno que tuvimos y la pereza que se apoderó de mí, apenas había hecho antes de mayo 500 km (contando montaña y carretera). Vamos, una ruina de preparación.

El trabajo este año tampoco me ayudó mucho, casi todas las pruebas, incluido este Soplao, estaban "afectadas" de una u otra forma por mis turnos laborales. Concretamente aquí tenía que entrar a trabajar el domingo tras el Soplao, y aunque al principio no me parecía ningún impedimento, al final resultó bastante carga psicológica a mis espaldas durante gran parte de la prueba. En la subida de Fuentes y Ozcaba no podía dejar de pensar en que a las 8 tenía que estar en pie y preparada para trabajar un turno de 24 horas. 

Llegó la semana del Soplao y hora de mirar las previsiones meteorológicas. Malísimas, de nuevo agua y frío. Dudas hasta última hora, ¿iré, no iré?. Al final la decisión fue ir, pero si llovía como el año pasado me retiraría pronto. Me planteé varias escapatorias por si la cosa se ponía mal y tenía que echar el pie a tierra. Además contaba con coche de apoyo situado en esos puntos para hacer la retirada más fácil. Cada año me vuelvo más vaga y más comodona.

La cuarta vez que me plantaba en la salida del Soplao y los nervios eran los mismos que en la primera. Y esa sensación cuando se comienza a mover aquello, se oye la música, pasas el arco de salida.... ufff, indescriptible, pero creo que cualquiera que haya tomado la salida en el Soplao entenderá esa "emoción".

Como el año pasado me había gustado lo de salir atrás, este año tampoco me compliqué y me puse en las últimas posiciones. Creo que empezó a caer alguna gotilla por lo que decidí ponerme el chubasquero. Tras pasar la línea de salida y empezar a rodar, alguien me agarra de la mochila, allí estaban Samu, Rocío, Vanesa y compañía. Que alegría ver caras conocidas. Iban en plan tranquilo así que pude rodar más o menos con ellos algunos kilómetros, hasta llegar al cruce del río.

A partir de ahí les perdí de vista y ya no les volvería a ver más el resto del día. Algunas de las fotos del post son del facebook de Rocío.

Hasta Ucieda llegué muy bien. No había llovido, la temperatura no era mala y de fuerzas iba bien. Iba a ritmo lento, pero me parecía que más o menos como en años anteriores, lo malo era que el final en esta edición era más duro y me iba a llevar más tiempo.

Subiendo el Moral como siempre, genial. Es el momento de la carrera que mejor me encuentro y cuando puedo adelantar gente. Me encontraba muy bien y aquí fue cuando empecé a pensar que si aguantaba sin llover igual lo podía acabar, aunque terminara a las 2 de la mañana. La bajada fue peor, como siempre. Subiendo no tengo problemas pero las bajadas casi siempre se convierten en un infierno para mi. En esta ocasión me quedé helada a pesar de bajar despacio e ir bien abrigada.

Había pasado tanto frió que de camino a Barcena Mayor decidí cambiarme de ropa y abrigarme más. Este fue mi mayor error.

La subida a Fuentes se me dio bien y seguía viendo posibilidades de acabar. De tiempo iba fatal pero de piernas bastante bien y el cansancio era menor del previsto. Tras coronar Fuentes empezó mi infierno. Había sudado muchísimo subiendo y me quedé helada bajando, que forma de tiritar. Menos mal que en seguida se empezaba a subir de nuevo y volví a coger temperatura. 

La subida a Ozcaba fue una lucha entra la razón y el corazón intentando responder a la pregunta. ¿me retiro en Los Tojos que es dónde está el coche esperándome?. El corazón me decía que siguiera, que no me había retirado nunca y que esta no podía ser la primera, que de fuerzas iba bien, que pasaría frío en las bajadas, pero como había varias subidas entraría otra vez en calor. Los argumentos de la razón eran más poderosos: "Mira la hora que es y los kilómetros que te quedan, mira las nubes que amenazan lluvia en breve, te tienes que levantar a las 8 para ir a trabajar un turno de 24 horas, en seguida se hace de noche y tú de noche ves fatal y como llueva no vas a ver nada de nada...¿sigo?".

Así que a pesar de lo duro que me resultó tomar la decisión, decidí ser sensata y retirarme en los Tojos. Y lo mejor que pude hacer. En la bajada me quedé congelada y estuve 10 minutos en el coche sentada hasta que dejé de tiritar. Me tuvieron que quitar las botas porque con la tiritona era incapaz. Nada más colocar la bici en el portabicis empezó no a llover sino a diluviar, y en pocos minutos se hizo noche cerrada.

Ya conduciendo a Cabezón podía ver a algunos de mis compañeros, no se si más valientes o más insensatos, que seguían pedaleando bajo la lluvia, muchos sin luces (en mi opinión una imprudencia que la organización debería de intentar solucionar haciéndolas obligatorias a partir de cierta hora).

Los días siguientes, como tantas veces ocurre, me dije que no volvería a participar en el Soplao Mtb ya que el nuevo recorrido es demasiado duro para mí, me es imposible acabarlo de día y de noche voy fatal. Pero ahora, ya pasado un tiempo y vistas las cosas con calma, se que volveré. Que si no hay causa mayor que me lo impida estaré en la salida del Soplao 2014. Completar el recorrido me será casi imposible, pero llegue hasta donde llegue, intentaré disfrutarlo tanto como estos años.

Porque como ya he escrito en años anteriores, el Soplao no es una prueba de un día, es una prueba de "meses". Es una motivación que te empuja a entrenar en invierno o cuando no tienes ganas, una excusa para salir de ruta con los amigos y para conocer gente nueva. Este año subiendo Fuentes, adelanté a un chico y una chica. Creo que iba ya comiéndome el coco con si echar el pie en tierra en los Tojos y ni les saludé (antipática que soy a veces), pero ellos me preguntaron si era Merche. Resulta que conocían el blog y con la chica (Natty), había hablado en alguna ocasión por Facebook. Me quedé con mala sensación por no haber saludado, pero afortunadamente un par de meses después volvería a coincidir con esa pareja, Natty y Fidel, y en esa ocasión con bastantes más horas para charlar. Pero esa será otra historia.

martes, 21 de agosto de 2012

BTT: 24 horas MATAPORQUERA. Los 250 que se quedaron en 200 (28 y 29-07-2012).



TRACK GPS: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3228147.

INFORMACIÓN BÁSICA:

- Longitud: Circuito de 9,5 km al que di 21 vueltas haciendo un total de 202 km.
- Desnviel acumulado de subida: Unos 110 metros por vuelta, con lo que hacen en este caso un total de 2400 metros.
- Dificultad: Parte es pista y parte senderos con poca dificultad, pero con algunos repechos rompepiernas.


Este año tenía marcada en mi calendario una cita a la que no quería faltar: las 24 horas de Mataporquera, la que probablemente sea mi marcha favorita. La fecha me venía fatal, el fin de semana del 27 al 28 de julio me tocaba trabajar y tendría que gastar parte de mis vacaciones para poder acudir. Además la semana antes iba a estar de vacaciones con lo que poco podría entrenar y llegaría justo para la prueba. Pero a pesar de todos los “inconvenientes” no quise faltar.

Para el resto de marchas del año no tenía objetivos, simplemente terminar, sin presiones ni necesidad de mucho esfuerzo. En cambio para Mataporquera me puse un objetivo ambicioso, llegar a 250 km. En el 2011 me quedé cerca de los 200 y este año quería superarlo ampliamente. Pero no pudo ser.

Julio y Agosto son dos meses muy malos para mi desde el punto de vista de la bici, entre vacaciones, el calor que me quita las ganas de bici y demás, en verano apenas la cojo. Sólo de marcha en marcha, y como este año he hecho tan pocas marchas, llevaba sin andar en bici prácticamente desde la Quebrantahuesos (casi un mes antes).

Otra cosa en contra este año era fui la única participante femenina, con lo cual me faltaba esa “motivación” que puede haber por estar “compitiendo” contra alguien. Hiciera lo que hiciera iba a quedar primera y última.

El plan era no parar a dormir y hacer paradas cortas durante el día y la noche. Me creía capaz de ello porque habitualmente duermo poco, aguanto bien el cansancio y recupero rápido y bien.



Las primeras vueltas al circuito fueron genial. Me parecía un poco más largo y más duro que el año anterior pero me encontraba mucho mejor, de las pocas veces que me he encontrado tan bien desde el inicio, aunque eso sí el ritmo que llevaba era bastante lento.



La parada para comer fue según lo previsto, tras 6 vueltas y sin excesivos problemas. No estaba cansada, no me dolía nada y el ritmo aunque bajo, me permitiría llegar a los 250 km si no paraba a dormir. Difícil pero no imposible. Era cuestión de seguir así hasta el final.


Pero claro, las horas van pasando y los kilómetros a cada vuelta pesan más en las piernas y en la cabeza. Esos repechos que en las primeras vueltas se subían como si nada, en la vuelta 10 parecen imposibles, y te empiezas a preguntar, “¿pero qué hago yo aquí?”.





Paré a las 10 de la noche, justo cuando estaba anocheciendo con la idea de cenar, poner las luces y seguir. Pero a partir de aquí ya no pude seguir con mi plan para los 250. Me encontraba cansadísima y muerta de sueño, era incapaz de seguir sin descansar. Y sólo llevaba 10 horas en la bici. Nunca me había pasado eso, siempre que he estado cerca de 12 horas en la bici había aguantado bien (con la excepción de mi primer Soplao que también tuve un pequeño problema con el sueño). No podía seguir así de noche y arriesgarme a tener una caída así que decidí parar y olvidarme del objetivo de los 250 km. Lo bajé a otro más realista y factible, los 200 km, con lo que mejoraría por poco la marca del 2011. Calculé según el ritmo que podía mantener a que hora tenía que empezar a pedalear para que me diera tiempo a dar las vueltas necesarias y a las 2:30 puse el despertador, para empezar a pedalear a las 3.

Me acosté a las 12:00 y dormí sólo dos horas y media, pero que bien dormí y que bien me sentaron. Este año en vez de en tienda dormí en la furgo y no pasé nada de frío; y esos colchones que cuando voy de camping me parecen algo duros ese día me parecieron los más cómodos del mundo.

A las 3:05 empecé a dar pedales de nuevo, tras casi 5 horas parada entre cenar y dormir. Las vueltas nocturnas son las que más me gustan, no hacía excesivo frío y se rodaba bien, aunque lógicamente más lento que por el día. Parte del cansancio había desaparecido y volvía a rodar bien, pero parecía que las horas no pasaban y que no amanecía nunca; esas horas previas al amanecer se me hicieron interminables pero que bonito ver amanecer en la bici.

Llegado el día paré a desayunar y a quitar las luces. Me había quedado helada en la última vuelta y me volvía a atacar el sueño, pero no podía parar mucho o no llegaría ni a los 200 km. Me metí otra vez en la furgo y dormí 10 minutillos que me supieron a gloria y me permitieron coger temperatura de nuevo.



Otra vez a pedalear y hacer cálculos. Tenía que hacer una media de 1 hora por vuelta y hacer la última vuelta más allá de las 12:00 horas. Hacía las vueltas en unos 45-50 minutos y descansaba 5-10 minutos por vuelta. Algunos repechos ya empecé a hacerlos andando porque los hacía tan rápido como en bici y me costaba menos esfuerzo.

Cerca de las 11 pasé por meta alcanzando el número de kilómetros del año anterior, unos 185, ya sólo me quedaban dos vueltas para los 200, poco más de hora y media. Pero en esa penúltima vuelta, tan cerca ya del final, comencé con un fuerte dolor en la rodilla izquierda. De no molestarme nada en todo lo anterior empezó a dolerme bastante fuerte en las subidas. No era las molestias que casi siempre tengo en la rodilla derecha de la condromalacia rotuliana, era diferente y bastante más intenso.



Era el momento de tomar una decisión: me paró y hago los mismos kilómetros que el año pasado o me arriesgo y hago una última vuelta para mejorarlo. Por los síntomas me parecía que lo de la rodilla podía ser una tendinitis y suponía que con algo de reposo y antiinflamatorios en los días siguientes se solucionaría; así que decidí seguir esa última vuelta.



Mi último paso por meta fue a las 11:45 y esa  última vuelta la hice como pude. Era incapaz de pedalear en las subidas por el dolor de rodilla así que me hice todas las subidas andando. Además quería disfrutar esa última vuelta así que la hice con calma, poco a poco me fueron pasando el resto de participantes que aún quedaban dando vueltas hasta que me quedé la última. Tardé 1 hora y 5 minutos en dar esa última vuelta, la vuelta más lenta de todos los participantes, así que cuando llegué ya estaban recogiendo y desmontando el marcador.



Sólo me dio tiempo a cambiarme de ropa para ir a la entrega de trofeos para recoger el de “Primera individual femenina”.


El trofeo que más fácil tenía para ganar porque con sólo dar una vuelta me valía y al final fue el que más trabajo y esfuerzo me ha costado.



Un buen amigo de forocantabriamtb, Mangel, fue el ganador en categoría masculina. Merecidísimo trofeo.



A pesar de no llegar al objetivo principal de los 250 kilómetros acabé contenta. Este año apenas he cogido la bici de montaña (hice tantos km este día en mtb como en el resto del año) y desde mayo he hecho una salida en flaca cada 3 semanas. Y los milagros no existen. En Mataporquera hice todo lo que pude, me esforcé al máximo y no me guarde nada como hago en otras ocasiones; si das todo lo que tienes no se puede pedir más.



Los 250 tendrán que esperar para el 2013, si físicamente estoy bien y el trabajo me lo permite lo volveré a intentar. Tendré que trabajar más y mejor todo el año y especialmente los meses previos si lo quiero conseguir, los milagros no existen.

Y este objetivo puede ser el que me haga tener la motivación que este año me faltó. Ojalá.

viernes, 17 de agosto de 2012

FLACA: QUEBRANTAHUESOS. A la tercera va la vencida (23-06-12).





TRACK GPS: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3159420.

INFORMACIÓN BÁSICA:

- Longitud: 200 km.
- Desnivel acumulado de subida: 3376 metros.
- Dificultad: Alta, tanto por la distancia como el porcentaje de subida de alguno de los puertos.


La Quebrantahuesos tiene algo diferente al resto de Marchas que había hecho hasta ahora: mucha, muchísima gente y derivado de ello, la necesidad de participar en un sorteo previo para asignar las 9000 plazas existentes. Se apuntan cerca de 20000 ciclistas cada año, así que la posibilidad de ser "agraciado" en el sorteo es de un 50%. Fácil, pero en los dos años anteriores 2010 y 2011 no había tenido suerte. En el 2012, a la tercera, iba a ir la vencida.

Esta aventura de la QH tiene tres capítulos diferentes: cuando te apuntas al sorteo, el día del sorteo y el día de la Marcha. Pasan meses entre ellos.

Al sorteo, allá por diciembre, nos apuntamos un buen grupo de Pupas, todos el mismo día para tener números cercanos y correr la misma suerte. Con nosotros se apuntaron también Gloria y PedroT. Este año ya al apuntarse había que pagar 4 euros, que no se recuperaban pero que te garantizaban la participación al tercer año si durante dos consecutivos no eras elegido.

El día del sorteo es el día de más nervios, "¿podré ir?". Por segundo año consecutivo me conecté a internet a la hora del sorteo para seguirlo en directo. Que ilusión cuando vi el número y vi que este año por fin tenía plaza. Preparar esta marcha podría ser la motivación que necesitaba este año para andar en bici.

Pero no fue suficiente. En invierno entre el mal tiempo y la pereza que tengo conmigo salí muy poco, batiendo mi record negativo de kilómetros. Creo que en abril por ejemplo no salí ni un sólo día.

Como no estaba para muchas alegrías mi objetivo era poco ambicioso, solamente terminar. Era la primera vez que iba a una Marcha de carretera sin conocer el terreno, la primera vez que salía con la flaca de Cantabria. Al igual que en el Soplao de carretera, no quería presionarme con tiempos, solo quería conseguir llegar a meta y ya poder tener un tiempo de referencia para los próximos años. Sólo tenía que terminar, y eso si no pasaba nada raro sabía que lo podía hacer sin problemas.

Así como he dicho que el Soplao de carretera está hecho a mi medida, la Quebrantahuesos es todo lo contrario. Pocos puertos y demasiado duros para mi, todo lo que pasa de un 8% de pendiente me mata, y en la QH hay varios km por encima del 10 %.


Y por fin llego al día. Varias horas de coche hasta Jaca donde teníamos el  hotel, y luego a Sabiñanigo a por los dorsales. Me impresionó y me gustó todo el ambientillo que había montado en torno a la QH, es algo digno de vivir por lo menos una vez, y eso que a mi las aglomeraciones de gente no me gusta.

Por allí estuvimos todos los Pupas dando una vuelta, era el tiempo que iba a estar con ellos ya que durante la carrera no les iba a ver, son todos más rápidos que yo.



Y una vez recogidos los dorsales me  hice una foto con Gloria, con la que me había compartido entrenos y compartiría viaje y hotel, tampoco coindiciría mucho con ella durante la ruta.



Por la mañana tocó madrugar para llegar con tiempo y poder aparcar el coche sin problemas. Menuda aglomeración de coches y de gente, menos mal que había bastante aparcamiento y en seguida estábamos preparando las bicis para empezar a rodar. En la salida nos colocamos en nuestro "cajón", el último, el de los lentos y los que no tenía marca acreditada para ocupar cajones previos.

 

Allí en la salida Gloria, PedroT y yo coincidimos con Jose María, una vez más para quitarse el sombrero ante él. Después del Soplao, se iba a hacer la QH y al día siguiente tenía otra cicloturista en Astillero. Casi nada.



Se dio la salida y yo intenté mantenerme con PedroT y Gloria pero me era complicado. Se rodaba muy rápido y me costaba mantener los grupos, poco a poco me iba pasando gente a la que no podía coger rueda. Lo bueno es que con tanta gente llega un momento en el que consigues meterte en un grupo en el que puedes rodar con cierta comodidad.

Lo pasé bien esos primeros kilómetros rodando en grupos grandes, en otras carreras ya desde el kilómetro inicial me quedaba practicamente sola o con grupos diminutos. Por fin comprobé como se "volaba" metida en un grupo. Y así toda contenta y volando fui hasta que vi un par de caídas "feas", recuperé mi miedo habitual y bajé a la tierra, me aparté un poco de los grupos grandes y preferí rodar con menos gente, más lenta pero más segura. En ese momento perdí ya de vista a PedroT y Gloria y fui a mi bola.

Y llegó el primer puerto: Somport. Lo subí muy tranquila. Era el puerto que por porcentajes mejor me iba, pero como era el primero era el que me tocaba como calentamiento. En este tocaba sufrir por ser el primero. Parte de la subida la hice con PedroT, más bien "persiguiendo" a PedroT que iba muy fuerte a estas alturas.
Coronamos y empezamos a bajar. Decidí no poner el chubasquero porque parecía que hacía buena temperatura, pero en seguida llegamos a una zona de niebla con temperaturas bajísimas y tuve que parar a abrigarme, menudo frío de repente.


El resto de la bajada muy bien, con gente pero sin agobios y bastante rápida para lo que es habitual en mi. Creo que es en lo que más he mejorado este año con la bici nueva, en las bajadas, bajo más rápida y con más seguridad. Además era una gozada el tener siempre grupitos con los que rodar y no tener que ir sola como en el Soplao; es lo bueno de ser tantos.


Y llegó el segundo puerto: el temido Marie Blanque. Ya había calentado, pero esos 4 kilómetros a más del 10 % me mataron. Lo subí montada, pero a velocidad caracol; los que iban andando avanzaban más que yo. Tengo que trabajar más estas subidas para próximos años. De la bajada de él ni me acuerdo.


Y llegó el tercer puerto: el Portalet. Los primeros kilómetros de cine, la hora que mejor me encontré en toda la marcha, unos porcentajes cómodos que me permitieron ir poco a poco adelantando gente. Me recordaba al Soplao de montaña, cuando a partir de las rampas duras de Monte A empiezo a carburar y a adelantar. Pero la alegría duro poco, en seguida pasé de encontrarme bien a encontrarme muy cansada y con las piernas muy pesadas, y de nuevo recuperé la velocidad lenta. Todos los que había pasado en los kilómetros previos me fueron adelantando poco a poco. Era un suplicio lo lento que pasaban los kilómetros y el ir leyendo el porcentaje medio de cada kilómetro me desmoralizaba por las altas cifras. Se me hizo eterno. No se que fue lo que me pasó, supongo que pagué el esfuerzo del Marie Blanque y el no haber cogido la bici desde el Soplao, no se puede estar tres semanas sin coger la bici antes de estas marchas.


Ya en la bajada cometí un error y fue pensar que ya no quedaba más subida. Me olvidé del cuarto puerto, el más corto del día, pero que a mi también se me hizo eterno con su segundo kilómetro al 10 %: Hoz de Jaca. Nunca más me olvidaré de él.


El resto del trayecto a meta decidí tomármelo con cierta calma, me pasaban grupos y a ratos intentaba seguirlos, pero sin esforzarme demasiado. Me daba igual tardar un poco más que menos, pero ya no quería sufrir más, quería ir cómoda, así que parte de esos kilómetros los hice sola, marcando yo mi propio ritmo.


A meta llegué bien, recuperé bien en esos kilómetros y el cansancio fue desapareciendo. Terminé en 9 horas 30 minutos, medalla de plata en mi categoría y a solo 5 minutos del oro; si lo llego a saber me hubiera "exprimido" más en esos kilómetros finales. Pero bueno, así tengo objetivo y motivación para el próximo año.

Tras terminar me encontré con Gloria que había terminado bastante antes y juntas esperamos a PedroT, al que había adelantado subiendo el Marie Blanque. Ya juntos nos hicimos la foto de rigor.



Y como no, la foto que siempre me hago al terminar estos "saraos" con mi habitual compañero de fatigas.


Tengo que decir que la QH me encantó. Me gustó el ambiente, me gustaron los puertos(aunque algunas partes se me hicieron muy duras) y me gustó rodar en grupo. Pero lo que más me impresionó fue la gente que había animando durante todo el recorrido, era como estar corriendo el Tour o la Vuelta, un montón de gente animando desde el primero hasta el último; yo pasaba a horas de los primeros y la gente no paraba de animar. Y sobre todo los vascos, que eran los más numerosos; que forma de vivir el ciclismo.

Normalmente cuando acabo algunas pruebas pienso que son muy duras y que no volveré, y al año siguiente estoy allí de nuevo. Con la QH me pasó al reves. Antes de hacerla pensaba ir sólo un año para ver como era y se acabó. Nada más cruzar la meta sin embargo, ya estaba pensando en la QH del 2013. Ahora ya tengo un tiempo que mejorar y una medalla de "oro" que ganar.