INFORMACIÓN BÁSICA:
- Longitud: 42 kilómetros.
- Desnivel acumulado de subida: 1300 metros.
- Dificultad: Moderada. Con poca dificultad técnica, pero con una larga y dura subida al collado del Cap del Montot.
Para esta etapa me las prometía muy felices. Sólo 40 kilómetros, 1000 y pico metros de desnivel... vamos, el tipo de rutas que estoy acostumbrada a hacer. Pero no era todo tan fácil, aún nos aguardaba una sorpresa en forma de cuestas interminables y duras pero con la mejor recompensa que podíamos tener, unas vistas impresionantes de los Pirineos.
Este día salimos más temprano que el anterior. Aunque la ruta era más corta muchos teníamos que hacer buenas kilometradas en coche para volver a casa, así que cuanto antes pudiéramos terminar mejor.
Una vez sacamos nuestras bicis del garaje nos hicimos la primera foto del día a las puertas del Balneario donde tan a gusto habíamos descansado.
Y que mejor manera que empezar el día que subiendo. Terminamos el día anterior subiendo y este lo empezábamos de igual manera. Cogimos carretera balneario arriba y a pedalear.
Poco a poco y con esfuerzo fuimos ganando altura sobre Vilas del Turbón.
Menudas rampas para empezar el día, menos mal que al volver la vista atrás el paisaje merecía la pena.
Había algunas zonas especialmente duras, y tras una parada para reagrupar en una de las curvas tocaba volver a esforzarse en serio de nuevo.
Menos mal que había también alguna zona más o menos llana que nos permitía tomar aire y echar la vista atrás.
Gema y Jose sufrían lo suyo para subir pero sin perder la sonrisa.
En una campa hicimos otro reagrupamiento. La verdad es que nos fuimos organizando bien con las paradas de forma que cada poco tiempo hacíamos una para juntar al grupo de nuevo.
Algunos compañeros de ruta a estas alturas ya veían chuletones donde yo veía un lindo ternerito.
Lo peor de la subida estaba por llegar y en esta zona me tocaría patear algún que otro tramo, demasiada pendiente para mi.
Por fin llegamos a la cima, últimos metros de esfuerzo que ya se podían hacer sin problemas encima de la bici.
Los paparazzis estaban preparados para hacer la fotos de cada biker coronando el collado de la Planatuzal.
Y yo estaba preparada para hacer la foto de grupo en la cima del collado.
Tras coronar esa primera subida de la etapa tocaba bajar, con bonitas vistas de las cumbres pirenaicas al fondo.
Una sucesión de curvas nos condujo al pueblo de la Ballabriga.
De nuevo en el asfalto, seguimos la carretera hasta el Monasterio de Obarra, una muestra de arquitectura románica a la orilla del río Isábena.
Como queríamos hacer foto de grupo hubo que improvisar un trípode.
Volvimos unos metros sobre nuestros pasos para volver a la carretera y seguir nuestro camino.
Hicimos una parada en un bar para "fichar" con el chip y de paso beber y comer algo los más hambrientos.
Dejamos la carretera principal para coger una secundaria y volver a cruzar el río.
La carretera estrechita y bastante llevadera, nos fue llevando hasta el bonito pueblo de Calvera.
Antes de llegar a Calvera cogimos una pista que salía a la izquierda, justo en la última curva de la carretera antes de llegar al pueblo. El calor a estas horas ya apretaba y los que tenían que esperar aprovechaban la sombra de uno de los escasos árboles del camino.
Aquí empecé a pasar muchísimo calor, apenas había sombra y no corría el aire, y la pista tiraba todo para arriba.
Sólo se veían pistas y más pistas que subían a cada cual con mayor pendiente, ¿cuál sería la nuestra?.
Algunos tramos eran de tal dureza que a algunos nos hacía bajarnos y empujar, tampoco era plan de reventarnos con todo lo que nos quedaba aún por delante. Y sobre todo, hay que evitar los sobreesfuerzos en las horas de tanto calor, por lo que puede pasar. Más vale prevenir que lamentar.
Parecía que nunca llegaba el final, en cada curva veíamos como la pista seguía más y más arriba.
Cuando paraba y daba la vuelta mirando por donde habíamos subido las vistas eran impresionantes.
Hubo un tramo de subida sin demasiada pendiente, en la que pude adelantarme un poco y hacer fotos desde arriba, y no desde abajo y de culo como en la mayor parte de la ruta.
Que maravilla de paisajes, no me canso de ver las fotos.
Era obligado hacer alguna parada simplemente para disfrutar tranquilamente de las vistas.
Y como bien dice Aramon Bike, en su web, la mejor recompensa al esfuerzo de la subida se encontrará cuando se llegue arriba.
Esta fue la parte que más me gustó de todo el Turbón Tour, el collado del Cap del Montot con vistas de los macizos del Aneto, Maladeta, Gallinero y Posets.
Como disfruté bajando por ahí con esas estupendas vistas al fondo, aunque a punto estuve de tener un disgusto. En una de las bajadas me dejé llevar por la emoción, fui un poco rápido y no vi un pequeño salto que había. Casi salgo volando por encima del manillar.
Simplemente impresionante.
Todavía nos quedaba un último esfuerzo, uff, cansa solo con verlo.
Mientras algunos estábamos haciendo ese último esfuerzo algunos nos esperaban ya en la cima.
Prueba superada. Y allí arriba, en lo más alto, paramos a tomar algo y disfrutar de ese maravilloso paisaje.
Mirando hacia atrás podíamos ver el camino por el que habíamos llegado hasta allí.
Las vistas hacia los lados espectaculares.
Y nosotros, únicamente con nuestro esfuerzo y nuestras bicis, habíamos conseguido llegar hasta allí.
Tras ese breve descanso ya solamente era bajar hasta Pont de Suert.
Algunos tramos de bajada eran un poquito más complicados, pero conseguimos hacerlos casi sin echar pie a tierra.
Pasamos junto a una ermita.
La bajada tambíen ofrecía bonitas vistas al pantano de Escales, así que hicimos una parada para más fotos.
Seguimos bajando por carretera, divisándose ya nuestro destino final, Pont de Suert.
Un tramo de carretera también tiene una alternativa por sendero, que a estas altura de la ruta sólo los más endureros se atrevieron a probar. Yo me crucé con ellos justo cuando salían de nuevo a la carretera.
Se notaba que habían disfrutado la bajada como niños.
Unas curvas más por carretera y llegamos a uno de los puentes de Pont de Suert que rápidamente cruzamos.
Fuimos directos al local de Aramon Bike, donde nos estaba esperando Pere para darnos la enhorabuena por completar la ruta. Último lugar para fichar y a entregar el chip.
Después de una ducha y la comida, nos juntamos todo el grupo de nuevo en el local de Aramon para recoger nuestro maillot verde de la Turbón Tour. Que suerte he tenido de poder pasar un fin de semana pedaleando con toda esta gente.
¿Y qué decir de este "globero"?. Que ha sido un guía excepcional y todos los blogeros hemos acabado encantados con él.
Terminada la ruta nos quedaban todavía 700 km y casi 7 horas de viaje para regresar a casa, pero eso era lo de menos. Habíamos pasado un inolvidable fin de semana en Pirineos con una gente estupenda con la que espero seguir en contacto y poder repetir algún día una ruta similar. Afortunadamente ahora con esto de internet mantener el contacto en la distancia puede ser bastante sencillo.
Y allí en Pont de Suert, cuando fuímos a coger el coche, nos vinieron a despedir los primeros que nos habían dado la bienvenida cuando llegamos, una simpática familia pontarrina.
Es curioso como pueden cambiar las cosas en dos días, el viernes me daba una pereza enorme el ir hasta Lleida, y el domingo me daba pena volver para casa.
OSTRAS MENUDAS VISTAS, Y VAYA SUBIDAS EN LOS PIRINEOS, QUE ENVIDIA...
ResponderEliminarY MENUDO PALIZON EN COCHE EL MISMO DIA DE ACABAR LA SEGUNDA ETAPA