miércoles, 21 de julio de 2010

BTT: Etapa 1 TURBÓN TOUR: De Pont de Suert a Vilas del Turbón (17-07-10).




INFORMACIÓN BÁSICA:

- Longitud: 65 km.
- Desnivel acumulado de subida: 2100 metros.
- Dificultad: Alta por el desnivel a superar. La dificultad técnica es moderada, lo más complicado está cerca del final con una bajada técnica por un cortafuegos que sólo los más endureros serán capaces de bajar montados.

Empezamos el día fichando antes de salir, con el chip que nos había dado a cada uno Aramon Bike. Hay diferentes puntos de la ruta con controles de paso donde nos tenemos que acercar a "fichar" para así al final obtener el maillot.

Tras recoger las bicis de la habitación guardaequipajes del Hotel Mestre, donde nos habíamos alojado, esperamos en la Plaza Mayor a que fueran llegando los demás. Que cantidad de macetas hay en los balcones del hotel.



Con media hora de retraso sobre el horario previsto, a las 09:30 estábamos ya todos preparados para comenzar la aventura del Turbon Tour. En total eramos 12 bikers (3 chicas y 9 chicos), de diferentes partes de España (Cantabria, Cataluña, Madrid, Pais Vasco), de muy diferentes niveles, pero con dos cosas en común: buen rollo y pasión por la bicicleta.



Tras las primeras pedaladas por el pueblo cruzamos el río Noguera Ribagorzana por el puente de hierro y seguimos pedaleando por carretera.



Ya desde el principio era todo subida, y como siempre se me atragantó bastante. Empezar subiendo para mi es empezar sufriendo de lo lindo, menos mal que luego a medida que pasan los kilómetros me voy aclimatando y puedo con lo que me echen.



Poco después pasamos de carretera a pista, lo que no cambiaba era la subida, con lo cual me tocó sufrir aún más. En este punto Lur y yo casi nos despistamos, nos pasamos un desvío y seguimos unos metros subiendo por la pista principal, menos mal que no tardé mucho en mirar en gps y darnos cuenta del error. Que susto, casi nos perdemos nada más empezar la ruta. Me había dado pereza colocar el road book y el mapa que nos había dado en la bici y lo había dejado en la maleta, muy mal hecho por mi parte.



La verdad es que los pueblos de los Pirineos son muy bonitos, este se veía desde la pista por la que subíamos, creo que es Cirés.



En el pueblo abandonado de Gavarret hicimos la primera parada para reagrupar (yo ya había hecho alguna antes para tomar aire y bajar pulsaciones, que llevaba el corazón que se me salía) y aprovechamos para hacernos una foto con los maillots de las "tortugas". Las pobres tortugas hicieron lo que pudieron durante el fin de semana pero siempre se quedaban rezagadas, subiendo y bajando, menos mal que nuestros compañeros de ruta eran muy majos y pacientes.



Tras un breve descanso continuamos de nuevo, todavía nos quedaba un largo camino por recorrer y no convenía entretenerse mucho tan al principio.



Para no variar la pista todavía seguía subiendo y nosotros continuábamos haciendo fotos y más fotos, tanto a los paisajes como entre nosotros.



La pista se fue haciendo menos marcada y con menor pendiente lo cual venía muy bien para tomar un respiro.



Poco después nos adentramos en un bosque de pinos, donde una rama traicionera a punto estuvo de dar un disgusto a Alex.



Ya se empezaba a ver Bonansa, el pueblo donde teníamos que recoger los bocadillos para comer luego.



En vez de ir directamente al pueblo dimos un rodeo por una pista en buen estado.



En una bajada por esa pista a Fernando se le fue la bici y terminó rodando por el suelo en la que fue su primera caída de las varias que tuvo en el día. Afortunadamente todas sin consecuencias salvo arañazos y moratones.



Por fin llegamos a Bonansa y nos dirigimos al bar a tomar un refresco, coger los bocadillos para la comida y fichar con el chip.



Oriol ya no podía aguantarse el hambre y se comió medio bocata. Hay que ver como comen estos chicos, cualquiera les invita a comer.



En cuanto terminamos de avituallarnos a rodar otra vez bajando por las calles de Bonansa en busca de la carretera.



Seguimos la carretera hasta coronar el puerto de Bonansa. Algún día volveré a la zona con la flaca para recorrer los puertos pirenaicos, pero antes todavía tengo mucho que mejorar.



Una vez coronado el puerto tocaba decidir, bajar por carretera que es por donde va la ruta del Turbón Tour original, o bajar por una alternativa que discurre por sendero de gran recorrido.



No hubo dudas. Todos por sendero y trialera, estábamos allí para hacer mountain bike del bueno.





Yo bajé como pude, a ratos en bici y a ratos andando, pero si que me noté mucho más segura que en otras ocasiones. Hace ya varias semanas que he dejado de sufrir tanto en las bajadas y ahora soy capaz de disfrutarlas aunque sean complicadas.



La bajada también tenía tramos más fáciles que se hacían con comodidad.



Salimos de nuevo a la carretera al lado de unos carteles que indicaban los senderos de gran recorrido.





Seguimos bajando un poco más por carretera, que bien vienen esas bajadas tranquilas para descansar.



Tras pasar un puente sobre el río Blanco cogimos un pista asfaltada en dirección a Espés, con fuerte pendiente en sus primeros kilómetros.







Poco a poco la pendiente se fue suavizando.





Ya arriba hicimos una pequeña parada en un refugio de pastores donde nos encontramos con una pareja que estaba también haciendo el Turbón Tour.



Allí nos hicieron una foto a las dos "tortugas".



Y después de subir, como siempre tocaba bajar, primero por camino poco marcado y luego por pistas, por la zona conocida como Collado de Selbaplana.







Llegaba la hora de comer y el guía nos buscó un buen lugar donde hacerlo, el merendero de la Múria, donde pudimos coger agua. Allí había también un pequeño refugio.





Tras comer los bocatas subir se hacía más pesado, menos mal que al principio las pistas eran de suave pendiente, casi llanas en algunos tramos.









La subida se fue complicando, pero las vistas merecían la pena. Que maravilla estar allí en medio de tantas montañas y que pequeño te sientes al verte rodeado de esos colosos.



Nuestro guía nos daba explicaciones de todo lo que íbamos viendo, pero yo como soy un desastre me he ido olvidando de las cosas. Voy a tener que llevar boli y papel e irlo apuntando todo.



Desde allí entre las montañas se veían bonitos pueblos pirenaicos. Creo que este es el de Gábas.



Seguimos subiendo en dirección a la ermita de San Juan.



Aunque el cartel que anunciaba la ermita parecía escrito en chino: "Ermita de Sinchuan". Me quedé con ganas de llegar hasta la ermita, pero íbamos retrasadas respecto al resto del grupo y no quería hacerlos esperar más.



Aunque el cielo en algún momento amenazó lluvia no nos cayó ni una gota y se agradecía que a ratos estuviera nublado y bajara la temperatura.



Otra parada para reagrupar. Si llegábamos tarde al balneario no nos podríamos dar un baño, pero los chicos fueron muy majos y nos fueron esperando toda la ruta en vez de irse a bañar al balneario. Que buena gente hay en esto de la bici.



Luego arrancar costaba porque había que seguir subiendo.



En el alto como siempre, parada para reagrupar.



Y como no, foto de las tortugas y sus lunares rositas. Nuestro maillot causó sensación, andar no andaremos mucho, pero originales somos un rato.



Aquí iba a empezar la parte más ténica de la ruta, una bajada en parte por un cortafuegos. Para algunos sería ciclable casi al 100 %, para mi algunos tramos fueron ciclables al 0 %.

La bajada empezó siendo sencilla, con algunas piedras, pero sin mayor problema.



Poco a poco se fue complicando, con más piedras y mayor pendiente, con lo cual a Lur y a mi nos tocaba patear algunos tramos.



En algunas zonas nos volvía a dar un respiro permitiéndonos montar de nuevo.





Da gusto ver bajar a los que saben, por mucho que se complique no se apean y viéndolos parece hasta sencillo.



También había tramos de sendero a media ladera.



Y tramos casi imposibles.



Por fin terminaron las complicaciones, y campo a través llegamos al refugio de la Margalida.



Seguimos bajando, pero esta vez por una "rápida pista" según la explicación del guía, a Lur no le pareció tan rápida y preguntaba "¿rápida para quién?".



Una vez llegados a la carretera, en el margen derecho paramos en la Fuente de San Pedro para rellenar los botellines de agua. Daba gusto en todas las paradas que hicimos para coger agua lo fresquita que estaba.



Desde allí casi todo era carretera hasta nuestro destino, Villas del Turbon. Una bonita carretera en subida sin apenas tráfico, de las que me gustan a mi y típicas del grupo de "madrugadores" con los que salgo en flaca.





Desde la carretera se veían algunos senderos hacia los pueblos que podían tomar los andarines. La zona parece también muy apropiada para hacer senderismo y parece estar bien señalizado.



Fuimos atravesando varios pueblos, Aguascaldas, Egea, Padarniu, Pueyo...



En uno de ellos nos estaban esperando los más adelantados tomando unas cervezas y allí paramos el resto a refrescarnos también. Hay quien sabe encontrar bares en cualquier rincón.



Luego otra vez carretera subiendo hacia Villas del Turbón.





Este último tramo por carretera se me hizo especialmente duro, la última parada había sido demasiado larga para mi y me había enfriado. Yo no soy de mucho parar, preriero hacer paradas muy cortitas y seguir a mi ritmo. Parar más de 15 minutos para mi es como volver a empezar con todo lo que me cuesta.



Y por fin llegamos al Balneario, después de unas 10 horas de pedaleo y ya sin tiempo para darnos el ansiado baño de relax. Había quien reía por no llorar, otros sacaban la lengua y se tiraban de los pelos.



Era hora de dejar las bicis aparcadas y subir nosotros a ducharnos y cenar. Había que acostarse pronto que al día siguiente teníamos un día muy muy duro tanto de bici como de coche de vuelta a casa.

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