Siempre me ha gustado la bicicleta. No tengo muchos recuerdos de cuando era niña, pero entre ellos recuerdo perfectamente dos cosas: el día que aprendí a andar en bici con 4 años y el día que aprendí a nadar. Siempre supe que nadar nunca iba a ser lo mío, y todavía al día de hoy en la piscina siempre soy la calle más lenta, me ganan hasta las abuelas de 70 años. La bicicleta sin embargo, siempre se me dio bien, era la niña que más corría de todo el pueblo y había pocos niños que subieran la cuesta más rápido que yo.
Todos los veranos de mi infancia los pasé en mi pueblo en Zamora, tres meses al año en los que sólo me separaba de la bicicleta para comer y para dormir, el resto del día lo pasaba subida en la bici o muy cerca de ella. Tuve 3 bicicletas BH: pequeña, mediana y grande. A la pequeña y mediana se le podía subir el sillín y te valían para un montón de años, no como las bicis de ahora que sólo le duran al niño 1-2 años y se le quedan pequeñas (mi sobrino de 5 años ya lleva 3 tamaños diferentes de bici, tantos como tuve yo en 20 años, y dos más que mi madre, que sólo se pudo comprar su primera bicicleta a los 25 años con el dinero equivalente a 2 meses de trabajo, 3000 pesetas de aquel entonces). En el pueblo todavía tengo dos de esas bicis y todavía funcionan, la próxima vez que vaya les tengo que hacer unas fotos. La verdad es que todavía rueda hasta la bicicleta de mi madre, pero ya no la tenemos, se la dio a un vecino del pueblo (es una pena, a mi me hubiera gustado conservarla, soy una sentimental).
Como recuerdo aquellos días de verano con la bici siempre esperando en la puerta, dispuesta para ir a comprar el pan, a casa de mis tíos, a ir al río a pasar la tarde...
Cuando se acababa el verano volvía a Santander y me despedía de la bici hasta el verano siguiente.
Incluso tuve una temporada que de mayor quería ser ciclista. Me encantaba el ciclismo. Me pasaba las tardes de verano pegada a la televisión viendo la Vuelta a España y el Tour de Francia. La de buenos ratos que pasé viendo a Perico Delgado, Alvaro Pino, Marino Lejarreta, Laudelino Cubino... Como disfrutaba mientras ellos subían los puertos con cara de sufrimiento, a veces lloviendo, con frío.... Que recuerdos:
Siempre me gustaron todos los deportes y creo que he ido picando de todos pero sin dedicarme nunca en serio a ninguno: fútbol, baloncesto, tenis, paddel, ping pong, bagminton, natación, footing, patines en línea.... Pero siempre ha habido uno que aunque lo tuve abandonado durante muchos muchos años ha sido mi preferido: el ciclismo.
Cuando crecí cada año fui pasando menos tiempo en el pueblo y más en Santander, con lo que poco a poco fui cogiendo menos la bicicleta, y así estuve casi 10 años sin apenas coger la bici. Y cuando iba al pueblo ya nada era lo mismo: los 8 km que había de mi pueblo al río ya se me hacían muy largos para hacerlos en bici, necesitaba mucho tiempo, me cansaba y ya tenía coche que era mucho más rápido y descansado; ya sólo utilizaba la bicicleta para desplazamientos muy cortos, y a veces ni eso y me iba andando.
Hace 3 años una compañera de trabajo y una amiga de ella me liaron para andar en bici así que me compré una bicicleta de montaña. No sabía si la iba a utilizar mucho así que para empezar y dar algún paseo me compré una bicicleta de montaña sencilla y barata. Con estas chicas sólo fui un día en bici por Ontaneda y la bici se quedó medio olvidada en el garaje.
En los últimos años y también gracias a una compañera de trabajo descubrí algo que en seguida también me apasionó: el senderismo y el monte. Es una ventaja de no tener trabajo fijo e ir cambiando de un lado para otro, conoces mucha gente y aprendes y descubres muchas cosas interesantes. Recuerdo la primera ruta de senderismo que hice, de Marrón a la Bien Aparecida, una ruta que ahora me parece muy sencillita pero que por aquel entonces fue mi Everest particular. Al día siguiente después de salir de trabajar nos fuimos a dar la vuelta al Buciero, que también me costó lo suyo, necesité varias paradas para tomar aire con la escusa de hacer fotos o beber agua. A esas dos rutas siguieron muchas otras caminatas por Cantabria, dos visitas a Pirineos y muchas ganas de hacer un montón de rutas que todavía no he hecho pero que aún tengo en mente.
Hace año y medio descubrí un foro en internet: forocantabriamtb. Organizaban rutas, ponían fotos y simplemente leyendo se podía intuir el buen ambiente que había. Gracias a este foro descubrí que se podían juntar el monte y la bicicleta de montaña, y que la bici no era sólo para la carretera y caminos sencillos, con ella se podía llegar a muchos más sitios. Poco a poco fui perdiendo la vergüenza inicial y participando en el foro, acudiendo a rutas y apasionándome cada día más por la bici de montaña. Como la bici anterior se me quedaba corta cambié la bici por otra más preparada para meterla por todas partes y hacer rutas más complicadas.
Y ahora, como algunos de mis compañeros de foro se han pasado al "lado oscuro" como alguno de ellos dicen, y dado que siempre me ha gustado la carretera pero me daba algo de miedo, me he decidido también a probar con la bici de carretera a ver que tal. Creo que se me va a dar mejor que la montaña, no hay barro, no hay piedras, no hay que lavar tanto la bici.... Pero también creo que no la voy a disfrutar tanto como la de montaña, a los lugares que llegas con la mtb no te lleva la flaca.
Aquí os presento a mi nueva niña, es más delgadita y blanquita que la otra, pero que espero me de tantas alegrías y buenos ratos como la gordita. Tendré que repartir mi tiempo entre las dos para que ninguna se ponga celosa.
La bici la estrené en el carril bici del aeropuerto ya que no sabía como iban los cambios ni como agarrar el manillar "curvado". Nada más cogerla casi me caigo. Estaban arreglando el circuito, pintando y asfaltando algunos tramos. En una curva tenían cortado la zona del carril para las bicis y sólo se podía pasar por la de los peatones, que se me hizo muy estrecha y casi salto el bordillo y me doy un paseo por la hierba. Como se suele decir la cabra siempre tira al monte.
Uauuuuu, has picado!!! La flaca engancha, y muuuucho. Dentro de muy poco tiempo te veré una carretera adicta, jejeje
ResponderEliminarA disfrutar!!!!
Eso seguro, y yo que encima soy fácil de "enganchar".
ResponderEliminarPero Merche, cómo se te ocurre pasarte al lado oscuro. Está muy bien llegar a casa limpito y hacer muchos kilómetros en poco tiempo, pero dónde quedó tu espíritu aventurero. Seguiremos siendo pocos los que seamos 100 % MTB.
ResponderEliminarSaluducos.
Mi espíritu aventurero sigue intacto, el monte siempre será el monte y mi preferencia la mtb, pero no lo puedo decir muy alto para que no se enfade la flacucha.
ResponderEliminarAunque esta semana con el tiempo que hemos tenido ni gorda ni flaca.