TRACK GPS DE LA RUTA: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=616729.
INFORMACIÓN BÁSICA:
- Longitud: 64 desde Maliaño, 75 desde Peñacastillo.
- Desnivel acumulado: 760 m.
- Dificultad: Moderada. Las primeras rampas de ascensión al Caballar tienen bastante pendiente y hay que estar muy en forma para subirlas encima de la bici. A tener en cuenta también la longitud.
Este sábado después de casi un mes sin poder coger la mtb debido unos días al mal tiempo y otros al trabajo y compromisos familiares, por fin pude salir al monte.
Con alguno de mis compañeros del grupo de novat@s fui a la ruta que organizaban los Pisteros de Maliaño por el Caballar.
Al Caballar ya he ido en 3 ocasiones anteriores, pero siempre por distintos caminos. Es un monte que ofrece diferentes posibilidades para entrenar bajadas, subidas, más fáciles, más duras, cortafuegos...
Después del carril bici los Pisteros nos enseñaron un camino que no conocía y que sirve para enlazar con Sarón sin tener que salir a la carretera general que tanto tráfico lleva siempre. Lo malo de este camino es que tiene varias cuestas empinadas, pero también nos sirve para calentar antes de llegar al Caballar.
En esta ocasión la subida al Caballar la hicimos por las rampas más duras, que en otras ocasiones había recorrido en sentido contrario, es decir bajando. Recuerdo que la primera vez que bajé por allí alguien comentó que había gente que la hacía al revés, y yo dije: "Imposible, por aquí es imposible subir". El sábado comprobé que no hay casi nada imposible. A mi todavía me falta para poder hacer toda la subida montada en la bici y sin parar, pero los más fuertes la subieron sin grandes problemas.
Una vez superadas las duras rampas del inicio, la subida se suaviza, y tras unos km de pequeñas subidas y bajadas, una rápida bajada nos conduce al carril bici de Puente Viesgo que nos lleva de vuelta a Sarón. Desde allí Rami y yo volvimos por la carretera general pues se nos hacía tarde, y así nos ahorramos alguna que otra cuesta.
La ruta la terminé bien. En total desde mi casa me salieron 75 km que es casi el doble de lo que suelo hacer habitualmente. La media fueron 15 km hora que también es más de lo que suelo hacer habitualmente, 10 km hora. El desnivel no fue mucho y casi la mitad de la ruta es por carril bici así que no me encontraba cansada y sólo tuve alguna pequeña molestia por el sillín. Al día siguiente, en una ruta que había preparado de senderismo era cuando iba a pagar el "exceso" de la ruta con los Pisteros.
Agradecer a los Pisteros la ruta, y la paciencia con los que vamos más despacio.
ANÉCDOTA PERRUNA DE LA JORNADA:
Nunca antes habían estado mi pierna y mi brazo izquierdos dentro de las fauces de un bicho tan grande.
En una subida antes de llegar al Caballar había un perro enorme en una finca detrás de una valla. No ladraba y movía la cola amistosamente. Uno a uno fueron pasando mis compañeros y el perro cada vez se acercaba más a la valla. Justo cuando voy a pasar yo, Ruben iba delante mío llama al perro y este obediente pasa por debajo de la valla y sale al camino. Como se movía lentamente y no ladraba decidí pasar a su lado sin apearme de la bici. El perro cada vez más cerca y justo cuando estoy pasando a su lado se agacha y mete mi pierna izquierda en su boca. Aunque se le veía en plan juguetón intenté no mover esa pierna y parar echando a tierra la otra, no fuera a ser que apretará más de lo debido y parte de mi gemelo se quedara entre sus colmillos. En cuanto paré levantó la cabeza, le acaricié y se me empezó a echar encima y a juguetear "mordisqueando" mi brazo. Me era imposible avanzar porque con la mano derecha llevaba la bici y con la izquierda intentaba apartar al perro, pero no había forma. Por fin Ruben, tras las consiguientes risas, llamó a los demás que bajaron y entretuvieron al perro. Como bien dijo Ruben, parecía "el abrazo del oso".
Como secuela del "ataque": La manga de la chaqueta llena de babas. Nada que una lavadora no pueda solucionar.
Si es que estas cosas me pasan a mi por ir siempre la última. Tendré que esforzarme para dejar de ser el farolillo rojo.
En la foto sale Rami con el perrillo. A mi que soy más bajita me llegaba la cabeza del perro casi al hombro, y medio brazo mio entraba en su boca. No me quiero ni imaginar lo que debe ser que un perro así venga en plan agresivo. Espero que nunca me pase.
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