SENDERISMO: CARROS DE FOC (Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, PIRINEOS). Agosto 2010.

- Longitud: Cerca de 60 km, dependiendo de como se acceda al refugio de inicio de ruta.
- Desnivel acumulado de subida: Unos 4200 metros.
- Desnivel acumulado de bajada: Unos 4200 metros.
- Dificultad: Alta por los desniveles que hay que supera y algunas zonas rocosas más complicadas y con mayor posibilidad de pérdida. De todas maneras, la dificultad va en relación con el número de días que se emplee en todo el recorrido.

Hacía ya tiempo que quería hacer una ruta de montaña de senderismo de varios días de duración y durmiendo en refugios. Investigando por internet me enteré de la existencia de "Carros de Foc" y me decidí por ella, sin tener muy claro que es lo que me iba a encontrar.


Por si alguno no sabéis de que va la ruta, se trata de la hermana “andarina” de “Pedal de Foc”, una ruta a pie de unos 55 km que une 9 de los refugios del Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. Se puede hacer en dos modalidades: en 24 h (el record está en poco más de 9 horas) o en varios días pernoctando en alguno de los refugios.


Como hice la reserva a última hora y en agosto está muy solicitada, solamente tenía una combinación para poder dormir en los refugios y las etapas quedaban un poco descompensadas, los dos primeros días eran excesivamente largos, pero como o era así o nada…. Preparé los bártulos y para Pirineos.

En esta ocasión a diferencia de lo que hago siempre que voy a la montaña no investigué apenas nada sobre la dificultad de la ruta (muy mal hecho, ya lo sé). Porque además yo para la alta montaña soy una negada, me gusta, pero no tengo aptitudes para ello: soy supermiedosa, torpe, tengo algo parecido al vértigo, las bajadas se me dan fatal, las rodillas me dan bastante guerra….

Pero como la ignorancia dicen que es la madre del atrevimiento, sin saber apenas dónde íbamos nos plantamos allí, dejamos el coche en la Presa de Cavallers, y comenzamos a caminar buscando el refugio donde íbamos a empezar la ruta, el de Ventosa i (tocaba subir a pata porque no había otra forma de llegar a él, a otros refugios se puede llegar en taxi). Tras tres horas y media de subida llegamos al primer refugio, donde recogimos el “forfait”.





Sin prisa pero sin pausa seguimos caminando, entre bonitos paisajes y sin demasiada dificultad salvo la propia de ir todo el rato hacia arriba.









Pero poco a poco la cosa se iba poniendo peor, empezaron a aparecer enormes rocas que para una dominguera como yo se hacían muy problemáticas de pasar, entre la torpeza, el miedo a caerme y el peso de la mochila (como era mi primera ruta de varios días cometí el error de meter demasiadas cosas en la mochila, para la siguiente he aprendido la lección: sólo lo imprescindible y nada más que lo imprescindible).





A estas alturas tras haber subido unas cuantas rocas, ya empezaba a arrepentirme de estar allí, así que salgo con una cara de asustada…



La verdad es que las vistas eran impresionantes, y al mirar para atrás se podían ver los lagos que hace un rato habíamos pasado, cada vez más y más lejanos.



Lo peor era mirar hacia delante y ver todo lo que teníamos que subir y porque sitios.





Tuvimos que caminar hasta por neveros, y es que aunque sea Agosto estábamos a casi 3000 metros de altura.







Lo que estábamos subiendo era el collado de Contraix, la parte más difícil de toda la ruta, pero yo en esos momentos no sabía si era lo más difícil o todavía habría algo peor. A mi se me hizo durísimo, hay gente que subía como si nada pero a mi avanzar un metro me costaba un montón; empleaba hora y pico en cada kilómetro.

Y así poco a poco llegamos a lo más alto. El haber llegado hasta allí sin haberme matado ya era todo un logro. Otra vista hacia atrás para ver todo el camino recorrido hasta ahora.



Y la vista hacia delante, con lo que todavía nos quedaba, más de lo mismo, pero de bajada, que todavía se me da peor. En este punto ya iba un poco “desesperada”, las horas pasaban y avanzábamos más bien poco y las casi 10 horas de caminata que llevábamos a estas alturas empezaban a pasarme factura, más en el aspecto psicológico que en el físico, pero cuando la cabeza no va lo demás tampoco.



Más neveros pero ahora de bajada, y por mucho que intentaba clavar el talón de la bota bajaba medio patinando y me caí de culo dos veces.



Piedras y más piedras.



En estos momentos si hubiera podido retirarme lo habría hecho, pero de allí era imposible salir si no era a pata, y no me veía capaz. Menos mal que la amiga con la que iba fue tirando de mi, porque lo que es por mí creo que habría buscado una zona un poco resguardada para pararme y pasar la noche como pudiera. Seguro que la “lana” de estas ovejas me habría ayudado, pero como para cogerlas; ojala se me diera saltar por las piedras tan bien como a ellas.



Que alivio cuando llegamos de nuevo a zona en la que se veía senderos y se podía avanzar mejor.



Llegamos al refugio a las 21:30, cuando ya anochecía y después de 13 horas de caminata. Nunca he ido tan “al límite”. Lo primero que pensé al llegar al refugio fue en no seguir, en abandonar al día siguiente y coger algún camino que nos llevara a la civilización y en taxi para el coche. Y con esa idea me fui a dormir, pero tras descansar las cosas se ven diferentes, y además el chico del refugio nos dijo que el resto de etapas eran más fáciles, así que con alguna que otra duda pero decidimos seguir.



Los paisajes siempre una maravilla, con múltiples lagos salpicando las montañas.



Todavía había piedras que pasar, pero más pequeñas que el día anterior y mejor señalizado el camino a seguir.















En las fotos no salgo nada sonriente. Iba con más miedo que vergüenza.









El refugio de Colomina, donde sólo teníamos que sellar.



Que ganas daban de darse un bañito, pero además de estar prohibido, el agua debe de estar helada y no podíamos entretenernos.



No se si se aprecia bien lo empinado del camino que teníamos que subir.







No se que era mejor si mirar para delante o mirar al suelo y limitarse a caminar.









A ratos la ruta seguía caminos de gran recorrido.



El refugio de Josep M. Blanc, donde teníamos la reserva para la segunda noche. Llegamos a las 18:45. A mi es el refugio que más me gustó, agua caliente, un entorno de ensueño, buena cena, buen picnic, y además tuvimos la suerte de que nos dieron una habitación para dos y pudimos descansar como en casa.



Al día siguiente teníamos que deshacer parte del camino del día anterior.



Y luego tomar la subida al Coll de Monestero, otra de las mayores dificultades de la ruta, aunque bastante más sencillo que el de Contraix del primer día.



Aquí lo peor era la bajada, muy empinada y con pequeñas piedras que resbalaban muchísimo; y como para rodar por ahí.





Por ahí bajamos.





Tras la fuerte bajada ya zonas más fáciles que permitían pasear con tranquilidad.





Y así llegamos a la civilización, el Estany de San Maurici, donde se podía llegar en taxi.



Y desde ahí por pista hasta el refugio donde pasar la noche.





Los días siguientes más de los mismo, salir del refugio, subir un collado, bajar el collado, llegar a otro refugio a sellar, subir otro collado, bajarlo y llegar al refugio a dormir.













Que bien me habría venido este “bichejo” para llevar la mochila, pero no hubo forma de convencerlo.





Menudas pintas de “dominguera”.





El refugio de Colomers, otro de los que más me gustó.




Y aquí ya el último día, y los dos últimos refugios. Lo peor era que parte del camino lo teníamos que deshacer.















Este tramo psicológicamente también fue muy duro, porque teníamos que subir por ahí para un rato después bajar.





Y teníamos que bajar por ahí, pera un rato después subir.



Y todo para llegar al refugio de Restanca y que nos pusieran el sello.





Pero poco a poco y con paciencia todo llega. Que alegría y que satisfacción llegar al refugio de Ventosa y Calvell, que era donde habíamos empezado. Allí nos pusieron el último sello en el carnet y nos dieron la camiseta por terminar la ruta.



Y al día siguiente ya sólo tres horas de caminata hasta la presa de Cavallers donde habíamos dejado el coche. Prueba superada.



Ya sólo nos quedaba hacer un poco de turismo por las iglesias románicas del Valle del Boi.



La ruta es muy bonita pero a mi se me hizo durísima, no iba preparada para subir y bajar tanto (el gps me marcaba de media unos 1000 metros de desnivel de subida y otros 1000 de bajada diarios) y si hubiera sabido como era el collado de Contraix no se me hubiera ocurrido intentarlo. Pero como lo que no te mata te hace más fuerte……

Yo empleé en hacer los 55 km 5 días, a una media de 10 horas de caminata diarias. Hay quien hace la travesía completa en poco más de 9 horas. Y hay quien la hace en más días para tomarlo con más calma y disfrutar más. Para mi fue muy dura, lo más duro tanto andando como en bici que he hecho hasta ahora. Para otras personas se tratará de algo "sencillo". Como sierre la dureza, dificultad, tiempo que se tarda, etc… depende de cada persona y de su preparación.

Mientras estaba allí me dije que una y no más, que eso no era para mí, y que nunca volvería a una cosa de estas. Pero luego ya en casa no paro de mirar otras posibles rutas para el futuro, que por cierto hay un montón de rutas de este tipo organizadas. Por si a alguien le interesa información os pongo aquí varios enlaces:

http://www.carrosdefoc.com/esp/index.html

http://www.estelsdelsud.com/

http://www.cavallsdelvent.com/

http://www.lasendadecamille.com/

http://www.passaran.com/home.htm

En uno de los refugios tuvimos la suerte de ver a unos ciervos que aprovechando la caída de noche se acercaron a pastar muy cerquita nuestro, y a pesar de la cercanía ni se inmutaban y eso que había bastante gente haciendo fotos. Yo grabé un pequeño vídeo: “Cuestión de cuernos”, que demuestra como en el mundo animal el que tiene los cuernos más grandes es el que se queda con la chica.




Y aquí el carnet con los sellos de los 9 refugios. Lo guardaré como oro en paño, hasta ahora de todo lo que he hecho tanto en bici como andando es lo que más esfuerzo me ha costado.