Cuanto tiempo sin aparecer por aquí, más de un año ya desde la última entrada. Este año entre que no he hecho muchas cosas y que ando escasa de "tiempo libre" he dejado de lado este blog que empecé con tanta ilusión hace ya algunos añitos. Pero en esto como todo, con el tiempo la ilusión y las ganas se van y lo que en principio se hacía por gusto se acaba viendo como una "obligación", y obligaciones ya tenemos bastantes en la vida.
De todas maneras, intentaré ir encontrando algún rato para ir contando algo sobre las rutas más interesantes que vaya haciendo y lugares que merezca la pena visitar. No prometo nada, pero como he dicho, lo intentaré.
Y no hay mejor ruta para volver al blog que el Soplao de montaña, que fue la prueba con la que me aficioné a esto del mountain bike. Podré estar en mejor o peor forma, con más o menos ganas, pero el Soplao siempre ha sido y será algo "especial" para mi. Me ha dado muy buenos momentos y muy buen@s amig@s.
Al Soplao Mtb 2013 llegué bastante mal. Entre el largo y frío invierno que tuvimos y la pereza que se apoderó de mí, apenas había hecho antes de mayo 500 km (contando montaña y carretera). Vamos, una ruina de preparación.
El trabajo este año tampoco me ayudó mucho, casi todas las pruebas, incluido este Soplao, estaban "afectadas" de una u otra forma por mis turnos laborales. Concretamente aquí tenía que entrar a trabajar el domingo tras el Soplao, y aunque al principio no me parecía ningún impedimento, al final resultó bastante carga psicológica a mis espaldas durante gran parte de la prueba. En la subida de Fuentes y Ozcaba no podía dejar de pensar en que a las 8 tenía que estar en pie y preparada para trabajar un turno de 24 horas.
Llegó la semana del Soplao y hora de mirar las previsiones meteorológicas. Malísimas, de nuevo agua y frío. Dudas hasta última hora, ¿iré, no iré?. Al final la decisión fue ir, pero si llovía como el año pasado me retiraría pronto. Me planteé varias escapatorias por si la cosa se ponía mal y tenía que echar el pie a tierra. Además contaba con coche de apoyo situado en esos puntos para hacer la retirada más fácil. Cada año me vuelvo más vaga y más comodona.
La cuarta vez que me plantaba en la salida del Soplao y los nervios eran los mismos que en la primera. Y esa sensación cuando se comienza a mover aquello, se oye la música, pasas el arco de salida.... ufff, indescriptible, pero creo que cualquiera que haya tomado la salida en el Soplao entenderá esa "emoción".
Como el año pasado me había gustado lo de salir atrás, este año tampoco me compliqué y me puse en las últimas posiciones. Creo que empezó a caer alguna gotilla por lo que decidí ponerme el chubasquero. Tras pasar la línea de salida y empezar a rodar, alguien me agarra de la mochila, allí estaban Samu, Rocío, Vanesa y compañía. Que alegría ver caras conocidas. Iban en plan tranquilo así que pude rodar más o menos con ellos algunos kilómetros, hasta llegar al cruce del río.
A partir de ahí les perdí de vista y ya no les volvería a ver más el resto del día. Algunas de las fotos del post son del facebook de Rocío.
A partir de ahí les perdí de vista y ya no les volvería a ver más el resto del día. Algunas de las fotos del post son del facebook de Rocío.
Hasta Ucieda llegué muy bien. No había llovido, la temperatura no era mala y de fuerzas iba bien. Iba a ritmo lento, pero me parecía que más o menos como en años anteriores, lo malo era que el final en esta edición era más duro y me iba a llevar más tiempo.
Subiendo el Moral como siempre, genial. Es el momento de la carrera que mejor me encuentro y cuando puedo adelantar gente. Me encontraba muy bien y aquí fue cuando empecé a pensar que si aguantaba sin llover igual lo podía acabar, aunque terminara a las 2 de la mañana. La bajada fue peor, como siempre. Subiendo no tengo problemas pero las bajadas casi siempre se convierten en un infierno para mi. En esta ocasión me quedé helada a pesar de bajar despacio e ir bien abrigada.
Había pasado tanto frió que de camino a Barcena Mayor decidí cambiarme de ropa y abrigarme más. Este fue mi mayor error.
La subida a Fuentes se me dio bien y seguía viendo posibilidades de acabar. De tiempo iba fatal pero de piernas bastante bien y el cansancio era menor del previsto. Tras coronar Fuentes empezó mi infierno. Había sudado muchísimo subiendo y me quedé helada bajando, que forma de tiritar. Menos mal que en seguida se empezaba a subir de nuevo y volví a coger temperatura.
La subida a Ozcaba fue una lucha entra la razón y el corazón intentando responder a la pregunta. ¿me retiro en Los Tojos que es dónde está el coche esperándome?. El corazón me decía que siguiera, que no me había retirado nunca y que esta no podía ser la primera, que de fuerzas iba bien, que pasaría frío en las bajadas, pero como había varias subidas entraría otra vez en calor. Los argumentos de la razón eran más poderosos: "Mira la hora que es y los kilómetros que te quedan, mira las nubes que amenazan lluvia en breve, te tienes que levantar a las 8 para ir a trabajar un turno de 24 horas, en seguida se hace de noche y tú de noche ves fatal y como llueva no vas a ver nada de nada...¿sigo?".
Así que a pesar de lo duro que me resultó tomar la decisión, decidí ser sensata y retirarme en los Tojos. Y lo mejor que pude hacer. En la bajada me quedé congelada y estuve 10 minutos en el coche sentada hasta que dejé de tiritar. Me tuvieron que quitar las botas porque con la tiritona era incapaz. Nada más colocar la bici en el portabicis empezó no a llover sino a diluviar, y en pocos minutos se hizo noche cerrada.
Ya conduciendo a Cabezón podía ver a algunos de mis compañeros, no se si más valientes o más insensatos, que seguían pedaleando bajo la lluvia, muchos sin luces (en mi opinión una imprudencia que la organización debería de intentar solucionar haciéndolas obligatorias a partir de cierta hora).
Los días siguientes, como tantas veces ocurre, me dije que no volvería a participar en el Soplao Mtb ya que el nuevo recorrido es demasiado duro para mí, me es imposible acabarlo de día y de noche voy fatal. Pero ahora, ya pasado un tiempo y vistas las cosas con calma, se que volveré. Que si no hay causa mayor que me lo impida estaré en la salida del Soplao 2014. Completar el recorrido me será casi imposible, pero llegue hasta donde llegue, intentaré disfrutarlo tanto como estos años.
Porque como ya he escrito en años anteriores, el Soplao no es una prueba de un día, es una prueba de "meses". Es una motivación que te empuja a entrenar en invierno o cuando no tienes ganas, una excusa para salir de ruta con los amigos y para conocer gente nueva. Este año subiendo Fuentes, adelanté a un chico y una chica. Creo que iba ya comiéndome el coco con si echar el pie en tierra en los Tojos y ni les saludé (antipática que soy a veces), pero ellos me preguntaron si era Merche. Resulta que conocían el blog y con la chica (Natty), había hablado en alguna ocasión por Facebook. Me quedé con mala sensación por no haber saludado, pero afortunadamente un par de meses después volvería a coincidir con esa pareja, Natty y Fidel, y en esa ocasión con bastantes más horas para charlar. Pero esa será otra historia.