martes, 26 de junio de 2012

BTT: VI Los 10.000 del SOPLAO. Objetivo: SOBREVIVIR (19-05-2012).

La falta de motivación que tengo este año hizo que no tuviera ni ilusión por el Soplao. Una de las pruebas que mejor me va y más me gusta, y estuve dudando hasta casi última hora si ir o no. El terminarla ya no es el objetivo y el mejor tiempo posible creo que ya lo hice en el 2011 cuando todas las condiciones fueron óptimas (fuerza física y mental, y tiempo meteorológico). Este año sólo tuve un motivo para apuntarme: venía Alfredo, un amigo de Toledo, y decía que quería hacer la Marcha conmigo. Con la inscripción tan a última hora me tocó un dorsal de los altos.


El Soplao no es una Marcha de un día; es una marcha de casi 6 meses (de diciembre a junio) en las que compartes buenos momentos con muchas personas que viven tu misma ilusión. Decides ir, te apuntas, entrenas, "robas" tiempo a la familia, llega el día, lo haces y durante las 2-3 semanas posteriores todavía sigues hablando de él. Eso es algo que lo hace "especial".

Este año hice pocos de los que llamo Test Pre-Soplao, que todos años comparto con mi "compi" en esto de las dos ruedas, Ivi. Solamente por lo bien que me lo paso haciendo estos Test apuntarme al Soplao me merece la pena. Y eso que uno de los Test de este año consistió en hacer 170 km un día a más de 35º, "pa habernos matao".

Mi preparación del Soplao 2012 pasará a mi historia como la más corta en kilómetros (tan sólo 100 km con la bici de montaña y 1500 con la de carretera)y en motivación. Este año ni fuerza física ni mental; y por si fuera poco la meteorología tampoco iba a ayudar.

El sábado previo al Soplao viendo las previsiones meteorológicas empezaron las primeras dudas. Eran horribles. Me empiezo a plantear que hacer si finalmente se cumplen y llueve. No he salido en todo el invierno con agua y mi capacidad de sufrimiento este año tiende a 0. Pido consejo en el Facebook y todo el mundo me dice que vaya, que lo intente.

Después de dos días comiéndome la cabeza decido ir haga como haga, por lo menos a hacer la primera mitad (la había hecho dos años antes un día de Enero con agua y frío, y no fue para tanto). Según se acerca el día las previsiones van empeorando; no sólo va a llover, sino que va a caer el diluvio universal durante todo el fin de semana, sin ningún momento de tregua. Lo ideal para estar 15 horas en bici.

Por fin llegó el viernes pre-Soplao, otra de los momentos importantes: la recogida de los dorsales. Este año no coincido con mis compañeros de Club sino que voy con Alfredo y sus amigos de Toledo, que están con toda la ilusión de "la primera vez". Después de recoger los dorsales nos vamos a tomar algo y mientras estamos en una terraza (por suerte con toldo) comienza ya a diluviar. Parece que los del tiempo no se van a equivocar.

 

De ahí a casa a preparar las cosas, dormir y madrugar. El agua trastoca mis planes, y lo que iba a ser un Soplao ligero, sin mochila y en manga corta, se convierte en un Soplao pesadísimo: térmica, maillot, manga larga, chubasquero, guantes largos, botas goretex y mochila con ropa para cambiarme en Barcena-Fuentes, luces y comida. Si el año pasado tardé casi 13 horas en condiciones óptimas, este año que nada iba a ser óptimo podría acabar de conseguirlo en 15-16 horas.

La salida este año me toco vivirla desde los últimos puestos, pasamos por el arco 20 minutos pasadas las 8. No me importaba el retraso, ya habría tiempo de recuperar en caso necesario, y al salir desde atrás menos gente me tenía que adelantar y tuve menos sensación de peligro. Aunque en el momento justo de salir no llovía pronto empezó a llover, en un principio sin demasiada intensidad, pero lo suficiente para ir poco a poco empapándolo todo.

Siempre he dicho que mi Soplao empieza en Ucieda. Tardo en calentar y esa primera parte no me va mucho, así que me la tomo con tranquilidad para reservarme para la segunda parte que es donde recupero tiempo. Este año no iba a ser menos, pero más que pensar que mi Soplao empezaba en Ucieda, pensaba que mi Soplao terminaría en Ucieda, que era el punto más lejano al que me veía capaz de llegar con agua.

Entre la salida con retraso, algún accidente y la calma con la que me lo tomé fuimos acumulando retraso y acercándonos peligrosamente de seguir así, a no llegar a los controles. Alfredo iba sobrado y esperándome así que en varias ocasiones le dije que siguiera, que íbamos mal de tiempo y yo igual de Ruente o Ucieda me volvía a Cabezón. No quiso y prefirió quedarse conmigo aunque eso supusiera no terminar.

Me hizo gracia que en un avituallamiento varios chicos me preguntaron si yo era Merchitas, "la del blog". Como soy muy despistada pensé que igual les conocía y les pregunté que quienes eran ellos, me dijeron que "fans" y me animaron a seguir con el blog (así que con él sigo, aunque con bastante retraso). Si leéis esto saludaros y espero que coincidamos otro año con mejor tiempo.

En la bajada del Soplao a Celis lo pasé fatal. La mezcla de agua, barro y sudor que se me metía en los ojos, hacía que estos no dejaran de llorar y escocer, y no pudiera ver nada. Tuve que parar en varias ocasiones para limpiarme, y a pesar de ello sólo conseguía avanzar unos metros hasta tener que parar de nuevo, con el riesgo que ello conlleva en una bajada algo peligrosa en la que te va adelantando gente. Algún tramo decidí hacerlo totalmente andando por una orilla para no ponerme en peligro yo ni a los demás.

En Celis pudimos vivir el "ambiente Soplao" en la gente de los pueblos: limpiando la bici, ofreciendo pañuelos de papel. Recuerdo especialmente una señora con un paquete de servilletas ofreciéndonos para limpiarnos la cara, que bien me vino limpiar mis ojos y las gafas.

Era la hora del tramo de carretera y la hora de empezar a plantearse si seguir y hasta donde. Primera tentación: un amigo de forocantabriamtb, Bano, ofreciéndonos su furgoneta para ir a Cabezón. Hablo con Alfredo, vamos bien de fuerzas y no estamos pasando frío así que decidimos subir Monte-A y el resto ya se verá.

Después de subir andando las rampas duras de Monte-A (nunca intento subir montada para ahorrar energía y no sobrecargar las rodillas) noto que ya he calentado, me encuentro genial así que para recuperar algo de tiempo aceleró un poco en la subida. Alfredo me sigue y vamos por la izquierda adelantando a bastante gente que luego nos adelantaría en la bajada. Esta vez si que puede bajar con cierta comodidad, sin molestias en los ojos.

 
En Ruente tocaba decidir de nuevo: retirada a Cabezón o continuar hacia Ucieda. Este es el tramo que mucha gente sensata eligió para abandonar la prueba, nosotros elegimos lo insensato.

En Ucieda paramos a comer y limpiar-engrasar la bici. Según el tiempo marcado hasta ahí las previsiones son de terminar en torno a 16 horas, una locura con ese tiempo, pero a pesar de ello tomamos la decisión de subir el Moral y arriba decidir. Ahora empezaba lo más duro del Soplao 2012, El Moral y sobre todo Fuentes y Ozcaba, podían ser un infierno en esas condiciones. Barcena sería el punto de no retorno donde tendríamos que tomar la decisión final.

Subiendo el Moral la lluvia nos dio casi el único respiro del día y durante un rato pude quitarme el chubasquero. Subíamos bien, adelantando gente y sin apenas sufrir. Según vamos ascendiendo se va echando encima la niebla, y cuando los primeros empieza a bajar adelantar se hace complicado ya que apenas se ve. En seguida nos cruzamos con Manu, un compañero de club que quedó en los primeros puestos; menuda máquina.

Según se acerca la cima empiezo a tener frío así que paro a ponerme el chubasquero. poco después hay un grupo de gente parada y se escuchan comentarios de que han suspendido la Marcha. Tras unos minutos de desconcierto y espera nos confirman por móvil que ya no dejan pasar del Moral porque las asistencias sanitarias están desbordadas atendiendo hipotermias en Fuentes. La sensación para mi es de alivio y me alegra que la organización tuviera la sensatez que a muchos nos faltó. En esas condiciones era un locura y una "irresponsabilidad" seguir, especialmente para los que íbamos a tardar 15-16 horas y nos suponía hacer la parte final de la Marcha de noche. De locos y temerarios.

Continuamos los escasos dos kilómetros que quedan hasta la cima del Moral ya tranquilos y sin adelantar, ya no había ninguna prisa ni presión por llegar al control. Una vez arriba la organización nos confirma que tenemos que volver a bajar por donde hemos subido, ya no dejan seguir a nadie. Así que comemos algo y tomamos de nuevo camino a Ucieda, cruzándonos todavía con muchísima gente que subía al Moral algunos incluso empujando la bici.

En la bajada lo vuelvo a pasar fatal por el tema de los ojos, y de nuevo tengo que bajar muy despacio, realizando varias paradas para limpiarme. Pero ya no hay prisa, pocos kilómetros nos separan de Cabezón y casi todo para abajo, aunque en esas condiciones tan adversas lo peor era bajar. Es el único momento del día en el que pasó algo de frío, voy empapada y la temperatura se nota ya más baja.


La llegada a Cabezón como todos los años super-emocionante, muchísima gente a pesar de la lluvia, animando sin parar a los que entramos y escuchando a varios conocidos gritar mi nombre.



No habíamos conseguido completar el Soplao pero nos sentíamos "triunfadores", habíamos estado casi 10 horas para hacer 100 kilómetros, pero habíamos llegado sanos y salvos, sin cansarnos, sin sufrir, sin pasar mucho frío y pasándolo genial. Había estado a punto de no participar y al final fue el Soplao en el que mejor me lo he pasado.

Y al terminar no podía faltar la foto con PedroT, con quien siempre comparto momentos muy especiales en este tipo de Marchas. Este año nos tocó a los dos estar ya vestidos de calle.

 

La organización se porto y a los que nos habían "cortado" también nos dieron diploma y nos metieron en clasificación. Un bonito recuerdo. Eso si, ya me tocó explicar a más de una amiga que no había hecho el Soplao en 9 horas, que sólo hice una parte, jejeje, que más quisiera yo, ni poniéndole motor a la Lapierre.



No creo que vuelva a repetir una Marcha tan larga, dura y de alta montaña en tan malas condiciones climáticas. Si llueve mucho, hace mucho frío o mucho calor creo que ni tomaré la salida. No me merece la pena el riesgo ni el sufrir a lo tonto; no me gano la vida con ello ni tengo que demostrar nada a nadie ni tan siquiera a mi misma. Ando en bici por diversión y el riesgo me gusta lo justo, no más. No me merece la pena arriesgarme a caerme por el agua, que me de una hipotermia o un golpe de calor si las temperaturas son extremas.

Mi objetivos en las marchas son no tener accidentes ni lesiones (el principal), divertirme y terminar (y si ya la he hecho antes mejorar tiempo). En este Soplao mi objetivo llegó a ser sobrevivir y eso ya no es divertido. No se hasta donde hubiera llegado si no se hubiera cortado la carrera, probablemente no me hubiera atrevido a seguir más allá de Barcena Mayor, pero no estoy segura, igual me hubiera arriesgado. Menos mal que para la organización el objetivo también fue la supervivencia de los participantes y el que no hubiera que lamentar males mayores.

El próximo año volveré al que será mi cuarto Soplao, y eso que parece que el primero, el de la ilusión, los lunares y la tortuga fue ayer. Parece que se van a cambiar algunos tramos del recorrido así que habrá que afrontarlo con la ilusión de ese primer año, no servirán las referencias de tiempo de años anteriores así que el objetivo volverá a ser acabar. Y si es posible con Alfredo; el Soplao tiene una deuda con nosotros y nosotros con él.


Y como punto y final al Soplao 2012 acudí al programa de radio Altamira de Tierra Verde, invitada por Pablo de la Torriente, para participar en una tertulia con otros participantes en sus diferentes modalidades. Una bonita experiencia, aunque lo de hablar en público se me de pena.